Todos, en algún momento hemos escuchado o dicho la frase “para gustos, los colores” pero si analizamos los medios de comunicación y la publicidad, a lo largo de la historia, podríamos darnos cuenta de que esta máxima no se había adueñado de estos espacios. Con gran impacto y capacidad de definir el canón de belleza.
A medida que los ciudadanos nos hemos apropiado de la comunicación, abriendo blogs o con el uso de las redes sociales y conociendo los movimientos de una ciudadanía global que ya no son consumidores pasivos sino reivindicativos, el cambio ya no era una utopía sino una realidad constante y constatable. Pasamos entonces, de una norma que era muy normativa, a un momento en lo que está de moda es lo diferente, lo natural y lo que ya era normal, que las personas somos únicas y como tal, nos queremos sentir y vernos representadas – y validadas- en cualquier ámbito.
El valor de la diversidad y la inclusión de “los otros” modelos, bellos también, van a apareciendo en marcas comerciales, sobre todo del sector de la cosmética y de la moda textil, apropiándose de esta nueva mirada, más real y más justa que también, aprovecha el poder del consumo crítico de un cliente con mayor formación e importante representación numérica.
Mujeres racializadas, con estrias y arrugas, de condiciones diferentes, canas o con alguna discapacidad celebran este hecho, y otras entienden, con estas poderosas imágenes, que el único amor que vale la pena es el amor propio.
De esta manera, y dentro de esta tendencia internacional, la industria de la lencería ha sabido escuchar al cliente y complacerle con una campaña llena de sensualidad y cuerpos distintos, que ya no son el canon antiguo creado por el hombre para satisfacer sus deseos. Las nuevas protagonistas se visten para ellas y se gustan. Lonely Lingerie redifine el nuevo sexy.
El poder y la belleza de estas imagenes reside en su naturalidad, que hoy son casos anecdóticos pero que algún día, seran la normalidad que no queríamos ver pero que nos representaba a todos y todas. Tenemos un largo camino por recorrer hasta que podamos celebrar la natural y diversidad de la belleza.