La Direccción General de Tráfico (DGT) es partidaria de modificar la Ley General de Tráfico para garantizar la seguridad de los peatones en las aceras ante la proliferación de los llamados ‘vehículos de movilidad personal’ (patinetes con o sin motor, ‘segways’, bicicletas eléctricas…).
Así lo apuntó el jefe de la Unidad Normativa de la DGT, Javier Villalba, durante una mesa redonda organizada por Cermi.es en la sede de Servimedia. Según Villalba, «hay que actualizar la Ley General de Tráfico y adaptarla para garantizar la protección del peatón».
«A medida que las grandes ciudades intentan eliminar el vehículo privado de sus centros urbanos ha aparecido toda esta nueva tipología de vehículos» que, según Villalba, «han venido para quedarse». Por ello, indicó que sería conveniente una regulación estatal, aunque de momento descartó la aprobación de una nueva ley.
Sí se mostró abierto a que cuando el anteproyecto de reforma de la Ley de Tráfico para modificar lo referido al carné por puntos entre en fase parlamentaria, se introduzcan enmiendas y otros puntos en este sentido.
La acera, para personas físicas o vehículos no motorizados
Por su parte, Miguel Ángel Bonet, del Área de Desarrollo Sostenible de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), recordó las recomendaciones que la Junta de Gobierno de esta entidad adoptó de forma unánime en la línea de que solo pueden circular por la acera personas físicas o vehículos no motorizados que no superen los cinco kilómetros por hora (la velocidad del peatón). «El resto deberán ir por la calzada y, por supuesto, nunca aparcar en las aceras».
Con todo, Bonet admitió que «esto es solo una recomendación», que muchas ciudades no cumplen aunque sean miembros de la FEMP. «Desde luego que una regulación ayudaría mucho», insistió, aunque en su opinión «lo más rápido sería modificar las ordenanzas municipales» a fin de mejorar esta protección.
Para el presidente de la Comisión del Congreso de los Diputados de Seguridad Vial y Movilidad Sostenible, Teófilo de Luis, del PP, «es fundamental armoninzar todas las normas locales, porque si las reglas cambian en cada ciudad, no sabemos a qué atenernos y la inseguridad aumenta».
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