Los acontecimientos que han ocurrido en la Comunidad Valenciana con la DANA nos deja historias como la de Javier Ruiz, vecino de Benetússer, que necesita usar su silla de ruedas para desplazarse, ya que tiene discapacidad, y que se encuentra aislada desde el pasado 29 de octubre. Ahora mismo no encuentra solución para su situación.
«Llevo diez días aislado, me han dicho algunos compañeros que podemos estar así tres meses. No me puedo creer que tenga que estar aquí tres meses. Empiezo la liga en breve y necesito salir», señala Javier Ruiz, que juega en un equipo de baloncesto adaptado.
«Esto es un infierno»
«Infierno», esa es la palabra que más utiliza este señor para hablar de la situación que vive desde aquel día en una entrevista para Europa Press. Y es que no pueden desplazarse por el barro y el fango que sigue presente en las calles de varios municipios que les hace «imposible» recuperar la normalidad. Igual que él se encuentran personas discapacitadas o con movilidad reducida lamentan el aislamiento que están viviendo en sus casas por los efectos de la DANA.
La realidad es que en la vivienda donde reside en Massanassa no funciona el ascensor y las calles siguen impracticables. Según señala, este aislamiento puede durar «tres meses».
La noche del temporal de DANA «fue una odisea»
La noche del temporal «fue una odisea» para Javier Ruiz, como detalle en Europa Press. Fueron más de cinco horas las que tardó en ir desde Benetússer a Massanassa, la casa de su ex mujer, la misma noche del temporal. «Si a pie no se podía caminar, imagínate con silla de ruedas», afirmaba.
«Estaba con mi hija cenando cuando empezó a entrar agua, salimos al portal y con la ayuda de los vecinos me subieron al segundo piso. Estuvimos allí hasta la una y media hasta que mi hija me miró y me dijo de ir a casa de mi exmujer. El camino se alargó unas cinco horas, no veía las aceras ni las alcantarillas, los coches se estaban apilando», señala Javier Ruiz. Además, indica que su hija iba acompañándolo para que no se quedara atascado.
Su temor era no llegar nunca a Massanassa, pero finalmente, a las 6:00, llegó a la vivienda de la que no ha podido salir en los últimos 10 días. Y todavía está a la espera de la reparación de su silla de ruedas, que será el próximo lunes, como informa Europa Press. Lamenta todos los daños que ha ocasionado este temporal en su región, en especia la de su coche, que lo tenía desde hace 15 años y es vital para su movilidad en el día a día.