Cuando hablamos de inclusión, rápidamente pensamos en la inclusión e integración de las personas con discapacidad. Y es que es el ejemplo más claro en la actualidad, pero no el único, ya que en muchas ocasiones debemos de pensar que esa inclusión también se hace de otros colectivos como las personas mayores, mujeres víctimas de violencia de género o jóvenes en problemas de vulnerabilidad.
Rafael de Asís, un ilustre asociado a la discapacidad, ha insistido en que «la idea de la inclusión se ha ido ganando en el discurso de los derechos gracias a movimientos como el de la discapacidad». Todo ello lo afirma en el marco de la celebración de los 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Entre otros cargos, Rafael de Asís cuenta con:
- Catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid
- Experto en Derechos Humanos, patrono de la Fundación Derecho y Discapacidad
- Miembro del Comité de Apoyo del CERMI para la Convención de la ONU sobre Discapacidad
Así lo ha manifestado en una entrevista publicada en el diario cermi.es, en la que Rafael de Asís además ha expresado que «la Declaración Universal de Derechos Humanos no tiene valor jurídico, pero es la base de todo un sistema internacional y de las Naciones Unidas»
Asimismo, el miembro del Comité de Apoyo del CERMI para la Convención de la ONU sobre Discapacidad ha explicado que el valor de esta declaración, a su juicio, reside en las interpretaciones y concreciones derivadas de la misma, entre ellas la Convención sobre Discapacidad, que ayudó a entender de otra manera muchos de los derechos o valores que están detrás de la declaración universal.
UN CAMBIO A FAVOR DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
Respecto a este punto, el experto ha manifestado que «la Convención implica un cambio, un cambio drástico de muchas de las formas de entender principios o valores tan importantes como la dignidad, la igualdad, que están estrechamente relacionados con los derechos».
Además, ha añadido que «el mundo de la discapacidad o las personas con discapacidad eran objeto del discurso, pero no sujetos del discurso, es decir, obviamente de la Declaración Universal se podían derivar obligaciones hacia las personas con discapacidad, pero no tanto derechos de las personas con discapacidad, y esto es una diferencia importante, sobre todo por la propia participación».
Por su parte, el entrevistado, ha querido resaltar que «la Convención de personas con discapacidad nos ayuda a entender muchas cuestiones en materia de Derechos Humanos y diversidad».
Por otro lado, en relación con las mujeres con discapacidad, el miembro del Comité de Apoyo del CERMI para la Convención de la ONU sobre Discapacidad ha expresado que «queda mucho por avanzar», así como la existencia de demora y resistencia al reconocimiento de algunos derechos, ya sea de las personas con discapacidad o de las mujeres, así las mujeres con discapacidad denuncian que incluso en la Convención sobre Discapacidad, en 2006, costó que se incluyera la perspectiva de género desde un principio.
Finalmente, el entrevistado ha señalado la idea personal de la relación que tiene la Declaración Universal de Derechos Humanos con los objetivos de la Agenda 2030