El ictus, conocido como infarto cerebral o embolia, es una enfermedad cerebrovascular que se produce cuando hay una rotura u obstrucción en un vaso sanguíneo reduciéndose el flujo de sangre que llega al cerebro.
Los ataques al corazón y los accidentes cerebrovasculares suelen ser fenómenos agudos que se deben sobre todo a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las causas más importantes de cardiopatía y accidentes cerebrovasculares son una dieta malsana, la inactividad física, el consumo de tabaco y el consumo nocivo de alcohol.
En Europa mueren 650.000 anualmente por esta causa y, de ellos, 40.000 son españoles. Al año se detectan unos 120.000 casos nuevos. De hecho, cada seis minutos se produce un ictus en España.
Causas
Muchos de los factores que pueden aumentar las posibilidades de padecer riesgo ante un ictus no se pueden controlar (la edad, la historia clínica familiar, la raza o el sexo). Sin embargo, la mayor parte de los factores que aumentan el riesgo pueden ser cambiados, tratados o modificados.
- Tener la presión sanguínea elevada.
- Fumar.
- Padecer diabetes mellitus.
- Sufrir enfermedad de la arteria carótida.
- Presentar enfermedad cardiaca.
- Sufrir ataques isquémicos transitorios.
- Contador de glóbulos rojos alto.
- Consumir alcohol en exceso.
- Ciertos tipos de consumo de drogas.
Síntomas
La identificación inmediata de estos síntomas es crucial en la evolución del enfermo, ya que se ha demostrado que los pacientes tratados desde el primer momento por neurólogos logran una recuperación casi total o con muy pocas secuelas.
Los síntomas del ictus son:
- La pérdida de fuerza o sensibilidad.
- Debilidad en la cara, brazo y pierna de un lado del cuerpo.
- Visión doble.
- Sensación de vértigo.
- Alteración repentina del habla.
- Dolor de cabeza súbito.
Prevención
Desde la Sociedad Española de Neurología recomiendan una serie de hábitos saludables para evitar sufrir un ictus:
- Llevar una dieta rica y saludable: Se tiene que tratar de evitar el colesterol LDL, lo que se consigue reduciendo las grasas saturadas. Además, así se evitan problemas de obesidad, que reduce en gran medida la posibilidad de ictus.
- Realizar ejercicio de forma habitual y moderada: Los problemas derivados de una vida sedentaria pueden provocar otros problemas que a su vez causen un ictus.
- No fumar: Además de no fumar se ha de mantener atento a la exposición pasiva al tabaco, que también aumenta la probabilidad de sufrir un ictus.
- Moderar el consumo de alcohol: El consumo de alcohol no debe superar los 60 gramos al día, pero esto no significa que haya que evitarlo a toda costa: aquellas personas con un consumo leve (menos de 12 gramos al día) o moderado (entre 12 y 24 gramos al día) de alcohol tienen menos probabilidades de sufrir un ictus que aquellas personas que no lo consumen.
- Llevar un control de la tensión arterial de forma regular: Para ello se pueden llevar controles sobre la tensión arterial. En aquellas personas que no hayan sufrido un ictus anteriormente la tensión arterial debería ser inferior a 140/90, y para diabéticos o personas que ya hayan sufrido un ictus, inferior a 130/80.
Sobre el Día Mundial del Ictus
Cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Ictus con el objetivo de difundir el alcance de esta enfermedad, sus consecuencias y las medidas de prevención como aspectos clave para reducir el riesgo de esta devastadora patología, que se sitúa como la primera causa de mortalidad entre las mujeres españolas y la segunda en los varones, según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (GEECV-SEN).