Tener una buena rutina de limpieza en tu hogar es fundamental para evitar problemas como las manchas de humedad. Sin embargo, esto no siempre es suficiente. En ocasiones, hace falta un cuidado especial para evitar, prevenir o acabar, con un mal que se hace especialmente evidente en otoño e invierno, debido a las bajas temperaturas y la mayor probabilidad de lluvias.
Pero, ¿Qué es la humedad? No es más que un vapor de agua que se crea en determinados ambientes donde abunda este elemento, y que al entrar en contacto con algunas superficies, crea unas manchas negras que llegan a suponer un inconveniente para tu hogar. Y es que no se trata de simples manchas, sino que es lo que se conoce como moho.
El moho, es esa mancha que se ve cuando sufres de humedad. Pero puede ser bastante perjudicial. Por una parte, por lo anti estético de tener manchas en la pared. Otro problema son los olores que desprenden. Además, este moho estropea la superficie y puede hacer que sea irrecuperable. Pero el verdadero problema que se suma a los anteriores, es que es malo para la salud.
Y es que esta mancha negra se compone de hongos que pueden ser especialmente perjudiciales para aquellas personas que tienen problemas respiratorios. Por tanto, y a tenor de sus múltiples inconvenientes, es importante que conozcas el truco de limpieza perfecto que hará que la humedad, ya no sea un problema en tu casa.
TRUCO DE LIMPIEZA PARA ACABAR CON LA HUMEDAD
La humedad es un problema que se hace especialmente evidente ahora que han bajado las temperaturas y las inclemencias del tiempo se vuelven más inestables. Por eso, no basta con llevar a cabo tu rutina habitual, sino que necesitas de los mejores trucos para acabar con este mal en tu hogar. No obstante, hay un paso previo que debes llevar a cabo antes de acabar con la humedad, este es, identificar de dónde viene la humedad. Puede ser porque la estancia no tiene suficiente ventilación, porque está cerca de una ventana poco aislante o porque haya alguna tubería que pierda agua.
Esto es lo primero que debes averiguar, pues en algunos casos, debes solucionar el origen del problema primero. Una vez localizado y solucionado, decide el nivel de la mancha, pues dependiendo de su intensidad, será necesario un ingrediente u otro. Si la mancha es aún superficial, el mejor remedio lo tienes mezclando vinagre blanco de limpieza con agua. Pulveriza la mezcla por la mancha y déjala actuar durante 30 minutos. Una ves pasado el tiempo, solo tienes que retirar todo con una bayeta.
Sin embargo, si la mancha es más profunda, necesitarás un producto más fuerte. La lejía es la mejor opción, si se trata de paredes blancas, de lo contrario, puede comerse el color. En este caso, igualmente debes mezclar agua tibia con un buen chorreón de lejía. Pulveriza la zona y deja actuar durante media hora. Pasado el tiempo, enjuaga y retira los restos con una bayeta húmeda.
PREVENIR MEJOR QUE CURAR
Si ya sabes que tienes una parte de la casa propensa a sufrir este problema, hay algunas prácticas que puedes poner en marcha para evitar sus consecuencias. Una de ellas, es habituarte a ventilar esa zona con cierta asiduidad. De este modo, la humedad saldrá del lugar. Además, procura sellar bien ventanas o puertas que den la exterior, evitando así las filtraciones.
Por otra parte, un buen remedio alternativo es colocar recipientes en el lugar afectado con bicarbonato de sodio. Este producto, absorbe la humedad y elimina los olores. De esta forma, evitarás que se convierta en un problema. Si este truco no te funciona porque el problema sea mucho mayor, tendrás que hacerte con un deshumidificador si no quieres tener problemas constantemente.