Un trabajador en España tiene la posibilidad de obtener una incapacidad permanente por «estar quemado» a causa de su propia actividad laboral. Son varios los casos reales en los que una persona ha conseguido una incapacidad permanente debido a esta circunstancia.
En concreto, hablamos del síndrome de Burnout, también conocido como síndrome de «estar quemado». La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó el síndrome de Burnout como enfermedad profesional en el año 2019.
Incapacidad permanente por «estar quemado» en el trabajo
Los expertos de ‘Fidelitis’ explican que «el síndrome de Burnout es un estado de agotamiento físico, emocional y mental estrictamente vinculado al ámbito laboral, motivado por el estrés causado por el trabajo y el estilo de vida. Puede acarrear consecuencias muy graves para quien lo sufre, tanto en el plano físico como en el psicológico».
En este sentido, el síndrome de Burnout puede afectar en la capacidad laboral de un trabajador. Así, en determinadas circunstancias, es posible lograr una incapacidad permanente a causa de esta patología y sus secuelas.
Por lo general, dos de los síntomas más habituales del síndrome de Burnout son la depresión y la ansiedad. En este caso, estas afecciones de salud están relacionadas directamente con el ámbito laboral. Posteriormente, pueden llegar a afectar a otras situaciones, como el ámbito familiar o la vida social.
El síndrome de Burnout afecta a un 10% de los trabajadores en España. Aunque puede ser causante de una incapacidad permanente, no siempre se consigue una pensión de incapacidad permanente a causa de este síndrome de «estar quemado».
Hay que recordar que el organismo encargado de reconocer una incapacidad permanente en España es la Seguridad Social. En última instancia, también es posible obtener una incapacidad permanente a través de la vía judicial.
Síntomas del síndrome de Burnout
La principal causa del síndrome de Burnout o síndrome del «trabajador quemado» es un empleo con malas condiciones. Por ejemplo, un trabajo con un entorno laboral hostil o precario.
En relación a este asunto, los expertos de ‘Fidelitis’ manifiestan que «el empleado que sufre altos niveles de estrés, carga de trabajo excesiva, malas relaciones en el trabajo y ausencia de apoyo en su entorno, poca autonomía o falta de formación para desempeñar las tareas tiene muchas probabilidades de padecer un estrés crónico que acabe provocando el síndrome de Burnout.
A continuación, enumeramos algunos de los síntomas más comunes que se asocian al síndrome de Burnout:
- Alienación de las actividades laborales: Los pacientes ven sus trabajos cada vez más estresantes y frustrantes.
- El trabajador no se siente realizado al desarrollar su actividad laboral.
- Estrés crónico que deriva en síntomas físicos, como dolor de cabeza, problemas intestinales, taquicardia o dolor de estómago.
- Agotamiento emocional y mental.
- Bajo rendimiento laboral.
- También puede provocar absentismo laboral en el trabajador afectado.
Por lo general, el síndrome de Burnout da lugar a muchos procesos de baja laboral por incapacidad temporal. Además, también puede derivar en el reconocimiento de una pensión de incapacidad permanente total o incapacidad permanente absoluta.
Además, la jurisprudencia ha determinado en varias ocasiones que el síndrome de Burnout también puede considerarse como accidente de trabajo, debido a que se trata de una patología que deriva del desarrollo de la actividad laboral.
Como conclusión, los profesionales de ‘Fidelitis’ recuerdan que el Juzgado de lo Social de Sevilla reconoció como accidente de trabajo un infarto de miocardio sufrido por un médico diagnosticado con síndrome de Burnout.