La contratación de una hipoteca depende de diferentes factores en España. Así, para que una entidad bancaria conceda un préstamo hipotecario, debe contar con las garantías suficientes de que el cliente va a devolver el préstamo con los intereses correspondientes. En este sentido, tiene una importancia relevante la edad de las personas solicitantes y el nivel de ingresos.
Entre otras cosas, la edad es un elemento clave que tienen en cuenta los bancos para reconocer una hipoteca. La realidad es que no existe una legislación específica que marque la edad máxima a la que se puede solicitar una hipoteca. Sin embargo, las entidades bancarias suelen ofrecer mayores facilidades a las personas con edades inferiores a 50 años.
Aunque no existe una edad legal, los bancos sí suelen establecer un límite. Ese límite es de 75 años como máximo contando la edad de la persona solicitante y el plazo de amortización. Por ejemplo, una persona que solicita una hipoteca con 50 años y un plazo de devolución de 25 años. En ocasiones excepcionales, la edad máxima puede situarse en 80 años.
Edad solicitar hipoteca
La edad de solicitud de una hipoteca es una de las garantías que exigen los bancos. A medida que aumenta la edad del solicitante, también sube el riesgo de impago del préstamo. Por tanto, la edad máxima de solicitud de la hipoteca depende de lo que establezca cada entidad bancaria al respecto, en relación con el plazo de amortización.
En relación a esta situación, los expertos de Bankinter explican que «además de constituir un factor de riesgo de impago, la edad del solicitante condiciona, como es lógico, el plazo de amortización de la hipoteca. Cuanto más mayor sea el solicitante, menor será el plazo de amortización admitido, y por tanto, mayores serán las cuotas mensuales que se deberán pagar».
Garantías que exigen los bancos
Las condiciones para obtener una hipoteca pueden variar en función de la edad de las personas solicitantes. De forma general, los bancos pueden exigir un seguro de vida a la persona solicitante para minimizar el riesgo de impago, que también se puede desarrollar a través de un aval firmado por una persona más joven y con un elevado nivel de ingresos.
Si bien, que los solicitantes de la hipoteca tengan una edad avanzada no ofrecen únicamente inconvenientes. También conlleva algunas ventajas, ya que contar con una pensión fija al mes ofrece a la entidad bancaria una estabilidad financiera. Es decir, una garantía suficiente para el pago de la cuota mensual de hipoteca que corresponda.
Además, muchas personas mayores suelen contar con planes de pensiones privados, rentas de alquiler de viviendas u otros ingresos importantes. Por tanto, tener una avanzada edad no siempre significa encontrar impedimentos por parte del banco en la concesión de una hipoteca.
La clave está en ofrecer las garantías necesarias de devolución de la hipoteca a la entidad bancaria. Por tanto, los bancos analizan cada solicitud de manera particular, tanto en el caso de personas mayores de 50 años, como en el caso de personas jóvenes.