Hijos únicos: esto dice la ciencia sobre los niños sin hermanos

Los hijos únicos ha pasado a lo largo de generaciones y generaciones con la mala fama de ser caprichosos y egoístas, pero, ¿Es realmente así?

Esto dice la ciencia sobre los hijos únicos

Esto dice la ciencia sobre los hijos únicos

Ser hijo único era hasta hace unos años un factor que de antemano se tachaba de negativo. Se asumía que la familia que tenía solo un hijo y por tanto, este se criaba sin ‘competencia’ de otros hermanos, crecía siendo más consentido de la cuenta y por tanto derivaban en niños egoístas, caprichosos, y pedantes, entre otras cosas. Sin embargo, no sabemos si esta opinión es solo parte de una sabiduría popular sin fundamento, o realmente la ciencia respalda que criar a un hijo solo, no es lo mejor.

Lo que dictamine la ciencia puede ser especialmente relevante, ya que el panorama familiar ha cambiado radicalmente en la actualidad. Hasta hace unas pocas décadas, lo habitual es que las familias se compusieran por padre y madre, y de entre 5 y 10 hijos. No ser familia numerosa era lo raro. Sin embargo, unas generaciones después, la cosa se estabilizó en que igualmente, padre y madre buscasen la «parejita», por lo que tener tres ya era una excepción. Pero, ¿Cuál es la situación en la actualidad?

El concepto de familia en la actualidad

¿Cuál es la situación en la actualidad? ¿Es más habitual la figura de hijo único? Lo cierto es que sí. En la actualidad hay dos factores fundamentales que han conllevado un cambio en el concepto clásico de familia. Clásico o tradicional, por los referentes pasados que tenemos, pero que han evolucionado en una única dirección con dos condicionantes muy opuestos: Uno positivo y el otro negativo.

Por una parte, hoy en día es ya habitual ver familias que deciden tener un único hijo. De hecho, se han reducido las familias que tienen dos hijos, e incluso han aumentado las que deciden no tener hijos. Uno de los motivos que ha conllevado a este panorama, es la mala situación económica. Los sueldos precarios, el alto coste de vida y la edad tardía en la que se consigue una estabilidad financiera, han desembocado en una gran dificultad a la hora de poder tener hijos. Esta es sin duda, la cara amarga de la evolución.

Por el contrario, al margen de la situación económica, afortunadamente existe una mayor libertad a la hora de decidir el tipo de familia que se quiere construir. De este modo, hay quienes deciden no tener hijos, quienes deciden junto a su pareja tener solo uno, quienes deciden tener dos de forma monoparental, etc. Y es que a pesar de que la economía marca negativamente este factor reproductivo, a la vez existe más libertad de decisión.

Qué dice la ciencia sobre los hijos únicos

Lo que está claro es que nos encaminamos hacía un concepto de familia en el que ser hijo único, será lo más habitual. De hecho, ya hay estudios que indican que en unos años, los «hermanos» y «primos», serán los hijos de las amistades, ya que las familias numerosas con un gran número de parientes están condenadas a desaparecer.

Quiere decir esto que ¿Es momento de desmitificar la figura del hijo único? Y es que la ciencia rompe totalmente con este mito de que una persona, por no tener hermanos, va a ser egoísta, caprichoso, celosos o insociables. Y es que existen un gran número de estudios que indican que no hay evidencias para asociar estas características a las personas que se han criado sin hermanos.

Alice Goisis, profesora asociada de Demografía del Centro de Estudios Longitudinales del University College de Londres, ha indicado a BBC Mundo que «la evidencia, en general, no apoya la idea de que los niños que crecen como hijos únicos tienen una especie de déficit en sus habilidades sociales, comparados con los niños que crecen con hermanos». De hecho, ha argumentado que estos niños son «comparables en términos de personalidad, relación con sus padres, logros, motivaciones y adaptación personal con niños que tienen hermanos».

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