La avena es uno de esos grandes alimentos silenciosos que te ayudarán a ganar energía, y a la vez cuidarán y mimarán al máximo tu flora intestinal.
Porque como sabes, la avena es un género de plantas de la familia de las poáceas utilizada como alimento y, aunque mucha gente no lo sepa, también como forraje.
En el sentido de la alimentación, a veces no somos del todo conscientes de cuánto pueden beneficiar sus nutrientes a nuestro organismo.
Ocurre que la avena fue en una etapa anterior comida para los propios animales, pero poco a poco la ciencia ha ido descubriendo todo lo que tenía que aportar al cuerpo humano.
Tanto es así, que muchos especialistas en nutrición y dietética aconsejan a todas luces que incluyamos la avena en nuestra dieta rica y equilibrada.
También los hay que opinan que sus propiedades energéticas ayudan a las personas especialmente en sus primeras horas del día para afrontar la jornada con fuerzas.
Y es principalmente en el desayuno donde solemos encontrar este género de plantas de la familia de las poáceas, muy extendido en nuestras mesas.
Las grandes propiedades de la avena
Este cereal consigue ser una fuente vital de hidratos de carbono muy complejos, esto es, 59 gramos por cada 100 gramos de grano de avena. Una cantidad importante.
Esta sustancia ayuda de forma decisiva en la producción de energía, y ayuda a la lenta absorción del resto de alimentos, beneficiando la microbiota.
Esto provoca que la avena sea capaz de regular los niveles de glucosa, esto es, la presencia de azúcar en nuestra sangre, que no debe ser alta.
Porque así podremos prevenir enfermedades cardiovasculares en el futuro, y seremos capaces de mejorar nuestra circulación sanguínea.
Pero la avena también ayuda a evitar la sensación de sueño entre el desayuno y la comida, en ocasiones, porque el cerebro y los músculos no tienen azúcares suficientes.
Este tipo concreto de cereal ayuda a la obtención de proteínas, pese a que sean deficitarias en dos aminoácidos esenciales como son la lisina y la metionina.
Para tratar de contrarrestarlo, una buena opción puede ser conjugar los copos de avena con leche para conseguir más porcentaje de calcio.
Cuenta con minerales como es el magnesio y el zinc, que ayuda en el crecimiento y en la cicatrización de heridas. También en el metabolismo de las proteínas.
La avena como ventaja del tracto intestinal
Consigue la avena tener una gran dosis de carbohidratos, vitaminas, minerales y proteínas, algo que ayuda en gran manera a nuestro sistema digestivo.
Porque consigue que depuremos nuestro organismo en general e intenta siempre regular el colesterol. Por esta razón, se antoja fundamental que la tengamos presente en nuestra dieta.
Favorece las bacterias malas de nuestra microbiota y ayuda en el desarrollo de las bacterias buenas que se sitúan en nuestro intestino.