La fruta confitada es un dulce típico de muchas partes del mundo que se usa, entre otras cosas, para adornar tartas y bizcochos. En estos casos, añadir este ingrediente a la receta puede ser algo que se puede evitar. Pero realmente este alimento da un sabor especial a cualquier postre.
Pero, sin embargo, en el proceso de elaboración de la fruta confitada vamos a encontrarnos con grandes cantidades de azúcar. La cual va a hacer que se consigue eliminar todo el agua de la fruta y permitir que esta aguante intacta durante más tiempo.
Si hablamos de este ingrediente decorativo estamos hablando de someter a la fruta a un proceso de cocción en almíbar y dejarla secar.
Esto va a hacer que la fruta pierda toda su humedad, ya que como hemos mencionado anteriormente, pierde todo el agua que tiene en su interior.
Sin duda es un trabajo muy largo y medido en los obradores tradicionales, que llevan años incluyendo este producto en sus postres y pasteles. Ahora bien, ¿es esto apto para las personas que padecen diabetes?.
La fruta confitada puede incluir hasta 81 gr. de azúcar por cada 100 gr.
Siguiendo el método tradicional para elaborar al fruta confitada, se calcula que esta puede llegar a incluir en su composición hasta 81 gramos de este ingrediente por cada 100 gramos de producto.
Y es que este alimento se produce bañando la fruta en grandes recipientes que contienen jarabe de azúcar, permitiendo que esta pierda todo el agua. El resultado es que ahora el interior de la fruta no es agua sino azúcar, por lo que ha perdido sus propiedades saludables y se ha convertido en un producto muy calórico.
Por esta razón, las personas diabéticas deben moderar el consumo de este tipo de fruta procesada de forma artificial con grandes cantidades de azúcar. Y es que sin duda, esto podría evitarse si prefieren mejorar su dieta.
En este sentido, la fruta confitada la podemos sustituir por fruta deshidratada o frutos secos. Que, a pesar de que el sabor no se parezca en nada, estaremos permitiéndonos adornas nuestros pasteles sin incluir azúcar ni edulcorantes en el proceso de preparación.
¿Cómo se lleva a cabo el proceso para hacer fruta confitada?
Para que la fruta confitada quede perfecta en diseño y composición, vamos a tener que sumergirla en almíbar durante varios días. Es decir, introducirla, dejarla secar y macerar con azúcar. Así hasta repetir al menos durante los próximos 6 días este proceso.
Una vez que hemos terminado este largo proceso, que es lo que hace que la fruta tenga la consistencia que le vemos cuando la vamos a comprar en el supermercado, la dejamos secar durante varios días en un plato.
A continuación, se espolvorean con azúcar glas y se mantiene en un lugar fresco y seco dentro de un recipiente hermético que las libere de la humedad.
Los beneficios de elaborar la fruta confitada es que vamos a conseguir mantenerla en perfecto estado durante más tiempo. Sin miedo a que se deteriore o comience a perder sus propiedades positivas para el organismo.
Los contras es que vamos a consumir en pequeñas cantidades una gran cantidad de azúcar, por lo que sin duda merece la pena hacer un consumo responsable de este tipo de alimentos procesados.