Seguimos con el Fam Trip por el Palatinado en el Sur de Alemania con ganas de disfrutar lo que nos tenían preparados para este segundo día.
Segundo día por el Palatinado
Quizás puede ser el día que más sensaciones especiales haya vivido en este Fam Trip y no son por los destinos que íbamos a conocer, sino COMO lo íbamos a conocer.
Os había contado en el primer artículo que íbamos acompañados de más compañeros, Fran e Izas de www.equalitasvitae.com y Nuria de Sixsense. Nuria es ciega y tiene desarrollado muchísimo más el resto de sentidos, cosa que me entusiasmaba llevarlo a la práctica.
Fuimos al Jardín de Hiervas Klostermühle. Es para Nuria como para nosotros ver la Sagrada Familia, algo maravilloso y que disfrutamos muchísimo.
El lugar era un antiguo monasterio con murallas y su actual dueño quiso mantener y recuperar la esencia de aquel entonces con la plantación de todo tipo de hierbas aromáticas y medicinales.
Nos sorprendió mucho la variedad de lavanda (45), una planta que personalmente me gusta mucho. Además de lavanda, había una cantidad de hiervas que fuimos oliendo y tocando. Quiero resaltar y gracias a la asistencia de Nuria, que potencié muchísimo más el sentido del olfato para entender todo lo que podría «ver» Nuria.
El lugar era precioso, un poco complejo para las sillas de ruedas porque era graba y césped, pero no imposible de manera autónoma. El resto, era todo accesible.
Tras una tapa con agua limonada que nos ofreció el dueño del jardín, nos dirigimos de nuevo a Sant Martin para almorzar.
El taxi adaptado, nos dejó de nuevo en Sant Martín, exactamente en la Taberna Alois Kie-fer, un bonito de lugar con decoraciones de racimos de uvas en todas partes. Decir que todo el pueblo tiene más o menos el mismo sistema de construcción y de ambiente.
Aquí, nos recibe la familia que gestiona la taberna para explicarnos un poco los platos tradicionales. Siendo el segundo día de la aventura, aún me costaba entender el inglés, menos mal que tenía a mis compañeros que están más acostumbrado al listening.
Pero de repente llega Mercedes, la mujer de uno de los dueños que es de Granada pero lleva más de 25 años allí. Un alivio para poder entender un poco más de la gastronomía de la zona y sus vinos.
En esta misma taberna, volvemos a ver las vinotecas como en el resto de bares y hoteles de la zona. Nos encantó un licor que nos ofreció y que todos nos llevamos una botella a casa, pero pagada!.
Sus instalaciones son totalmente accesible, incluye un baño totalmente adaptado para silla de ruedas.
Seguidamente nos volvimos a montar en el taxi adaptado y partimos a Edenkoben para conocer Villa Palacio de Ludwigshöhe.
Una Villa neoclásica y con decoración pompeyana. Pero yo iría un poco más allá, lo llamaría el Parador de los mares verdes, porque desde su balcón, se puede ver los viñedos que dan impresión de ser un mar verde.
Durante la visita al interior, tuvieron que ponerse las personas de a pie, unas «babuchas» grandes para no desgastar el suelo de madera.
La guía (en inglés), nos fue explicando la vida de Ludwig y su familia. En el tour por la Villa, pudimos ver lienzos en las paredes, parte de su mobiliario e incluso su baño. Las instalaciones eran accesibles para silla de ruedas y ascensores para subir plantas.
La siguiente visita que hicimos tras ver la Villa, fue las piscinas públicas de Maikkamer.
Cuando viajas sueles ver tipo de construcción diferentes a la de tu municipio, pero hay cosas que se te escapan de tu imaginación. Jamás pensaría en ver algo tan novedoso como estas piscinas. Son cubiertas por acero inoxidable y con unas atracciones acuáticas que cualquier niño y no tan niño quisiera disfrutar.
Un tobogán de 2 metros de ancho, rocódromo y de accesibilidad genial!. Tanto para movilidad en silla, como para personas ciegas. Usan una grúa para acceder a la piscina de manera manual, esto, aunque es fácil de usar, prefiero un sistema de elevación autónoma y que no tenga que depender de nadie. Le sugerimos algunos detalles en los vestuarios (como una camilla para cambiarnos) y quedaron encantados con nuestras sugerencias.
Nos quedamos con las ganas de darnos un chapuzón, pero otra visita nos esperaba.
Nos dirigimos a la oficina de turismo para conocer su accesibilidad y una guía nos acompañaría a enseñarnos el pueblo y algunas de sus bodegas.
En esta ocasión nos acompañó otra guía que también era Española y podíamos así entender un poco mejor las explicaciones.
Fuimos a diferentes bodegas probando sus vinos y tapas. La construcción de estas bodegas son muy parecidas a las casas y el entorno que crea es precioso. Casualmente se estaba vendimiando y pudimos ver las maquinarias agrícolas trabajar en las bodegas y campos.
También nos explicaron la curiosidad sobre la elección del vino de la eucaristías en la iglesia del pueblo.
Antes de irnos a cenar, fuimos a una última bodega que le rodea líneos de parras y que pudimos entrar con total normalidad. El tipo de terreno de estas viñas, nos permiten andar sin problemas a los usuarios de silla de ruedas.
Una vez más destaca lo moderno de las vinotecas con las construcciones de piedra y madera de las fachadas de las casas y bodegas.
Finalmente nos fuimos a cenar por todo lo alto con grandes bandejas de embutidos y vino en otra vinoteca. Como habréis visto, no paramos de comer y beber, muy tradicional en aquella zona.