Conocemos por obesidad a la acumulación excesiva de grasa corporal, que trae como consecuencia el deterioro de tu cuerpo. Una persona está considerada obesa cuando su índice de masa corporal es superior a 30 kg/m2. Esta enfermedad ha ido creciendo exponencialmente en los últimos años, algo que preocupa en demasía a los organismos de salud de todo el mundo.
Según las cifras, en 2016 más de 650 millones de personas adultas y más de 340 millones de niños eran obesos en el mundo. Esto equivale al 13% de la población mundial, y sigue en ascenso. En España, para el 2017, la Encuesta Nacional de salud reportó un 17,4% de incidencia de obesidad. Esto representa 3 veces el valor obtenido para los años 80. Esto es un indicador indirecto del deterioro de la alimentación de los españoles.
Falsos mitos de la obesidad
Debido a este incremento de las tasas de obesidad, es normal que hayan ido surgiendo mitos y falsas creencias que suponen un escoyo para aquellas persona que están intentando perder peso. Por esta razón, desmentimos esta serie de leyendas urbanas que no son ciertas:
- Las vitaminas aumentan el apetito: No está comprobado que ninguna vitamina estimule el apetito, sin embargo, es muy común que alguien nos aconseje algún tipo de vitamina para tener más hambre, cosa que no tiene ningún respaldo científico.
- Los hidratos de carbono engordan más que las proteínas: Este dato es totalmente falso, pues ambos nutrientes aportan 4 kilocalorías por cada gramo que se ingiere, por lo que ambos engordan lo mismo.
- Las frutas engordan si se comen de postre: Los alimentos siempre tienen los mismos aportes alimenticios, da igual el orden de su ingesta ya que esto no afecta en absoluto al valor calórico. Lo que si es cierto es que si la fruta se consume al principio, su contenido en fibra puede aumentar la sensación de saciedad.
- Beber agua durante las comidas engorda: Partiendo de la base de que el agua es un nutriente acalórico, ya tendríamos nuestra respuesta. El agua no aporta calorías, por lo tanto, no engorda. Otra cosa es la retención de líquidos que ocurre con algunas enfermedades, pero que no tiene nada que ver con que el agua engorde al consumirse mientras comemos y fomente la obesidad.
- Las tostadas engordan menos que el pan: Ambos nutrientes tienen el mismo valor calórico, la única diferencia es que el pan tostado contiene menos agua.
Consejos reales para prevenir el sobrepeso
La obesidad y todas sus consecuencias son prevenibles. Algunos consejos de la OMS para conseguirlo y que puedes aplicar sin problema son:
- Realiza 150 minutos de actividad física moderada o intensa a la semana.
- Pasa menos horas frente a la pantalla del televisor, PC o móvil y sal al aire libre más a menudo.
- Deja de fumar.
- Reduce el consumo de bebidas alcohólicas, gaseosas y jugos industrializados. Estas bebidas tienen muchas calorías y no aportan nutrientes.
- Disminuye las porciones de comida.
- Reemplaza las golosinas y productos procesados por frutas y verduras para prevenir la obesidad.
- Agrega verduras a todos tus platos de comida.
- Reduce el consumo de azúcar refinada.
- Prefiere los alimentos preparados al horno o a la plancha, reduce el consumo de frituras a solo 1 día por semana.
Disminuir de peso y cambiar los hábitos alimenticios es una tarea difícil, pero no imposible para frenar la obesidad. Empieza con metas pequeñas y verás que consigues grandes cambios.