La salud capilar es uno de los grandes interrogantes de la medicina, cuando una persona va viendo cómo se le va cayendo el pelo de la cabeza sin aviso ni motivo aparente, lo que se conoce como alopecia.
Y es que son muchas las personas que al haber alcanzado ciertas edades o no, va viendo cómo su pelo va perdiendo la fuerza y el agarre de tiempos mejores.
Resignarse es lo que le tocan a muchas personas que han atravesado ese difícil camino de aceptar la calvicie con toda la vida por delante.
Para muchos, es un tabú del que es difícil desprenderse. Te contamos aquí cuáles son algunos de los factores de riesgo y a qué se debe esta situación, ya que puede ser por varios motivos.
Si bien está claro que la alopecia puede afectar no sólo a la cabeza, sino a todo el cuerpo, puede ser tanto de carácter temporal como permanente.
Síntomas
Y el cuero cabelludo cuenta con diferentes argumentos para que se caiga. Toma nota y, si te está pasando y lo consultas con un especialista, te dará unas conclusiones muy parecidas:
- El factor hereditario es fundamental en este sentido. Hay quienes prefieren tapar cómo poco a poco se va quedando sin pelo y otros no tienen apuros en mostrarse tal y como son.
- Cuando hay antecedentes familiares que sí lo han tenido, el término exacto es la alopecia androgénica, que cuenta con un patrón masculino o femenino.
- Normalmente, el mecanismo de pérdida de cabello siempre es igual: hay una línea que retrocede y puntos de calvicie en los hombres, mientras que en la mujer el pelo va perdiendo la solidez.
- Hay trastornos hormonales que pueden traer esta situación como el embarazo, el parto, la menopausia o los problemas de tiroides.
Factores de riesgo
Hay una serie de situaciones que pueden agravar nuestra salud capilar y derivar en una pérdida de pelo progresiva. Porque los tratamientos sólo sirven para prorrogar la noticia.
Te dejamos aquí cuáles son los factores de riesgo que, según Clinic Mayo, son los más importantes a tener en cuenta a la hora de saber por qué sufrimos alopecia.
Por un lado, los citados antecedentes familiares de calvicie por parte de tu madre o tu padre, es decir, de descendencia directa, que dejan sin validez el bulo de que si tu abuelo no fue calvo, tú necesariamente no tienes por qué no serlo.
Por otro motivo, la edad. No es lo mismo un joven de 25 años que una persona de 50, dado que el envejecimiento progresivo de las células también puede desencadenar en la calvicie.
Le sigue la pérdida de peso significativa, que también podría redundar en la caída de nuestro pelo. Hay además algunas afecciones médicas, como la diabetes y el lupus, que podrían también.