Las sartenes de acero inoxidable son un elemento indispensable en cualquier cocina española. Su resistencia y neutralidad para cocinar, las hacen un básico en para el hogar. Sin embargo, al igual que pasa con otra parte del menaje, si no se cuida y se realiza una limpieza debidamente, pueden acabar estropeándose y quedando inservibles.
El acero inoxidable se inventó para hacer cañones más eficaces. A fuerza de prueba, consiguieron un material más resistente a las oxidación y a la corrosión. Sin embargo, nadie aventuraba que esto iba a ser clave de cara al futuro de la cocina en el mundo. Pues este elemento se ha utilizado para multitud de elementos, especialmente, destinados a la cocina.
Y es que cuenta con dos características fundamentales para que sea perfecto para usar en ollas y sartenes. Por una parte, es resistente a los cambio bruscos de temperatura, algo primordial debido al uso que se le da y a que cada vez más, los sistemas para cocinar y por ende, calentar, son cada vez más rápidos en subir su temperatura.
Por otra parte, pese a alcanzar altas temperaturas, no afecta en ningún modo al sabor de la comida. Algo que es determinante, pues no solo el sabor es un problema, sino los elementos perjudiciales que otros materiales pueden trasladar a los alimentos y acabar ingiriéndolo. No obstante, no son ‘infranqueables’, pues de no usar un buen método de limpieza, te puedes quedar sin ellas.
IMPORTANCIA DE LA LIMPIEZA DE SARTENES DE ACERO INOXIDABLE
Las sartenes y ollas de acero inoxidable se han convertido en un básico en cualquier hogar. Y es que este elemento es tan eficaz, que se usa para mucho más menaje de cocina e incluso electrodomésticos. Y es que como hemos comentado anteriormente, que sea resistente a los cambios de temperaturas y que no afecte al sabor de la comida, lo hace perfecto para el fin con el que se utiliza, hasta tal punto, que de momento no hay nada igual.
Sin embargo, en el caso de ollas y sartenes, tiene la contra de que su limpieza debe ser especialmente exquisita. ¿El motivo? En primer lugar, su función. Y es que las sartenes se usan para cocinar. Esto significa, que además de estar en contacto con lo que luego nos vamos a comer, el uso continuado con los alimentos, hace que se ensucie continuamente. En este sentido tiene también su parte buena y mala. La buena es que al ser un material poco poroso, con una buena limpieza es difícil que mantenga algún germen o bacteria. La mala, que cualquier huella se queda señalada.
Por tanto, la forma primordial para mantener su limpieza es pasarla por agua y jabón cada vez que se utilice. Es tan fácil como que después de su uso diario, se coja una bayeta con detergente de cocina, y se frote por todas partes. Luego bastará con enjuagarlas y estarán listas. Sin embargo, en ocasiones, bien por su uso o porque hemos esperado mucho, su limpieza no es tan fácil, pero tranquilos, también tenemos otras soluciones.
TRUCOS CASEROS PARA LIMPIAR LAS SARTENES DE ACERO INOXIDABLE
Uno de los problemas del acero inoxidable, es que por muy buena limpieza que llevemos a cabo con agua y jabón, las huellas y las marcas de la cal del agua son difíciles de quitar. Sin embargo, nuestros primer truco sirve para dejar las sartenes como nuevas, con dos ingredientes de andar por casa: Vinagre blanco y aceite de oliva. Basta con aplicar vinagre con un paño, dejarlo actuar un minuto para que se elimine la suciedad, y con otro paño limpio, sacar brillo con el aceite de oliva.
Otro ingrediente que no solo ayuda a quitar las manchas más difíciles sino a dar brillo, es la tónica. Así que con esta bebida, basta con pasar la bayeta para conseguir los dos objetivos en uno. En cuanto a las manchas de grasa, el bicarbonato de sodio es un buen elemento. Solo debes aplicarlo sobre la suciedad, dejarlo actuar y enjuagar.
Pero si tu problema es que las sartenes han perdido el brillo, hay tres ingredientes super eficaces entre los que puedes elegir. Por una parte, el abrillantador para muebles. Es muy eficaz, pero debes aplicarlo con papel de cocina para que no queden más residuos. De igual modo puedes hacer con el limpiacristales. Si quieres algo más natural, espolvorea harina, y luego retira con un paño suave.