Existen diferentes tipos de discapacidad. En este sentido, es habitual pensar en limitaciones físicas visibles o discapacidades sensoriales. Sin embargo, también existe la denominada como ‘discapacidad orgánica’, que consiste en un tipo de discapacidad que cuenta con un menor reconocimiento social e institucional.
En esta ocasión, vamos a hablar de la discapacidad orgánica y cómo los ciudadanos con este tipo de discapacidad pueden acceder a obtener el reconocimiento del grado que realmente le corresponde acorde a su situación.
Limitaciones para obtener un grado por discapacidad orgánica
Los profesionales de ‘Fidelitis’ informan que «este tipo de discapacidad afecta a órganos internos y puede generar graves limitaciones funcionales, aunque no siempre se manifieste de forma evidente a los ojos de los demás. Por eso, muchas personas que la padecen encuentran dificultades para que se les reconozca oficialmente el grado de discapacidad que realmente les corresponde».
Así, algunos ejemplos de discapacidad orgánica pueden ser las que enumeramos a continuación, según informan los expertos de ‘Fidelitis’:
- Insuficiencia cardíaca.
- Cardiopatías graves.
- Enfermedades respiratorias crónicas.
- Cáncer con secuelas funcionales duraderas.
- Esclerosis múltiple en fases iniciales o sin afectación motora visible.
- Hepatitis crónica con afectación funcional del hígado.
- Lupus eritematoso sistémico.
- Fibromialgia.
- Síndrome de Fatiga Crónica.
- Diabetes con complicaciones.
- Enfermedades renales o pacientes en diálisis.
Sin embargo, en muchos casos no se reconoce bien la discapacidad orgánica a estos pacientes que cuentan con algunas de las enfermedades descritas anteriormente. Así, existen diferentes elementos que impiden el reconocimiento adecuado de un determinado grado de discapacidad por casos de discapacidad orgánica.
Factores que dificultan el reconocimiento de la discapacidad orgánica
A continuación, exponemos algunos de los principales factores que dificultan el reconocimiento óptimo de una discapacidad orgánica en España:
- Falta de visibilidad externa: Por lo general, las personas con discapacidad orgánica no muestran signos físicos evidentes. A veces, esto lleva a que se minimice su grado de afectación funcional.
- Infravaloración del impacto funcional: Relacionado con el punto anterior, no siempre se valora correctamente los síntomas en términos de limitación para la vida diaria o el trabajo.
- Baremos tradicionales faltos de adaptación: Hace unos años los baremos de valoración de discapacidad no se ajustaban al reconocimiento de este tipo de discapacidades orgánicas. Así, suponía un perjuicio importante para aquellas personas que padecen estas enfermedades.
- Desconocimiento por parte de los ciudadanos: Muchas personas con discapacidad orgánica desconocen que cumplen con las condiciones para solicitar el reconocimiento de una discapacidad en un determinado grado.
A pesar de todo ello, en el año 2023 entró en vigor el nuevo baremo estatal de discapacidad en España. Así, se han producido una serie de mejoras que han provocado que cada vez se reconozcan más discapacidades orgánicas a los ciudadanos.
Entre otras cosas, el nuevo baremo de discapacidad valora el impacto funcional y no solo el diagnóstico. Además, también reconoce la interacción entre múltiples patologías y da más peso a las posibles limitaciones ‘invisibles’.
Así, aunque muchas personas lo pueden llegar a desconocer, la discapacidad orgánica existe. Ahora, desde la entrada en vigor del nuevo baremo de discapacidad, es más fácil obtener el reconocimiento de un determinado grado de discapacidad por discapacidad orgánica.
Y es que el reconocimiento de la discapacidad es clave para los pacientes que padecen algunas de las enfermedades mencionadas anteriormente, ya que permite acceder a diferentes tipos de ayudas, prestaciones, derechos o adaptaciones laborales.