Pagar con dinero en efectivo es una práctica que está cayendo en desuso. ¿El motivo? En primer lugar, la pandemia. Esta situación de crisis sanitaria mundial, cambió radicalmente la forma de actuar en muchos aspectos. El método de pago, fue uno de ellos. La alerta sobre la transmisión del virus mediante el contacto y el auge de las compras online, han hecho que casi todos los negocios cuenten ya con otros modos diferentes al tradicional, que facilitan el pago.
Por otra parte, el auge de las tarjetas bancarias en los teléfonos móviles y aplicaciones de pago como Bizum, han ayudado a esta transición tecnológica en la que dejamos atrás el dinero en efectivo. La razón es lógica, en un solo clic, podemos realizar un pago sin necesidad de estar cargando con monedas y billetes. Además, la comodidad de no tener que ir hasta un cajero, esperar colas y cargar con esa cantidad, también ha contribuido a este proceso.
Esta tendencia, ha hecho que el Gobierno aproveche la oportunidad, para limitar la cuantía que puedes pagar en dinero en efectivo. Esta limitación de pagos es una medida para luchar contra la elusión fiscal. Es decir, tiene la intención de evitar, en lo posible, que haya operaciones que se escapen al control de la hacienda pública y no tributen lo que corresponde.
Este es el límite permitido para pagar con dinero en efectivo
Esta medida por la que se limita la cantidad máxima que se puede pagar en efectivo, surge por la necesidad de reducir el fraude fiscal. España es un país, como otros del mundo, donde existe una notable economía sumergida. Esto quiere decir que existe una cierta cantidad de dinero que se mueve sin que el Gobierno tenga conocimiento de ello. Por este motivo se establece un límite, porque las transacciones electrónicas son rastreables por parte de Hacienda.

La Ley 11/2021, de 9 de julio, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal fija el límite para los pagos con dinero en efectivo a partir en 1.000 euros. Esto quiere decir, que los pagos iguales o superiores a 1.000 euros, no podrán realizarse en efectivo. Al respecto de esta ley, debe tenerse en cuenta:
- Se entiende por medios de pago en efectivo el dinero (monedas y billetes) y los cheques bancarios al portador.
- Esta limitación no se aplica entre dos particulares. Es decir, debe respetarse cuando al menos una de las partes intervinientes en la operación, es un empresario o profesional.
- No se puede fraccionar una compraventa que sea de 1.000 euros o superior, pagando una parte en efectivo. Por ejemplo, si la compra es de 1.500 euros, no se podrían pagar 500 euros en efectivo y 1.000 por transferencia.
- Si la persona física que paga no es residente en España, el importe límite a pagar de dinero en efectivo asciende a 10.000 euros.
- Las operaciones de 1.000 euros o más, deben conservar el justificante durante 5 años, por si se los requiriera la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT).
A priori, no es una limitación que parezca que pueda afectar a la la mayoría de las personas en la vida diaria. Pues el límite de 1.000 euros, sigue siendo lo suficientemente elevado para gran parte de las transacciones. Sin embargo, hoy en día, un ordenador, una reforma del hogar, un mueble o un teléfono móvil de cierto nivel, puede superar esta cantidad sin que tengamos opción a pagar ni una parte en dinero en efectivo. De ser así, podríamos enfrentarnos a una sanción de la Agencia Tributaria.