Hacer de forma correcta un testamento puede evitar grandes problemas a tus herederos en el futuro. Aunque en ocasiones es un tema del que no nos gusta hablar, lo cierto es que es mejor dejarlo todo legalmente organizado. De esta forma, tus herederos sabrán qué hacer con tus bienes cuando llegue el momento y evitarás que exista un conflicto entre ellos.
Un testamento es un acto a través del cual una persona deja constancia de sus bienes y de cómo quiere que sean heredados tras su fallecimiento. Según la ley, todas las personas pueden hacer uno salvo que estén en alguno de estos casos:
- Que seas hombre menor de 14 años y mujer menor de 12 años.
- Si estás privado de razón en el momento de otorgarlo. Por ejemplo, bajo los efectos del alcohol.
- Interdicto por demencia declarado por un tribunal.
- Si no puedes manifestar claramente tu voluntad.
En cuanto a la forma de repartir tus bienes en el testamento: el 50% debes dejarlo a los herederos forzosos, es decir, cónyuge, descendientes o ascendientes. Otro 25% debes usarlo para mejorar la parte de alguno de los herederos anteriores, y el 25% restante, puedes dejarlo a quien quieras.
Escribe correctamente tu testamento y evita problemas
Para escribir correctamente un testamento es importante, en primer lugar, conocer los dos tipos que existen. Esto son los testamentos solemnes y los privilegiados. A continuación te explicamos las características de cada uno:
Testamento solemne
Es el más usual. Este tipo de testamento es siempre escrito y debe otorgarse con la presencia de testigos mayores de 18 años. Dentro de los testamentos solemnes existen dos variantes:
- Testamento solemne abierto: El testador deberá acudir al notario con tres testigos mayores de 18 años. El notario deberá leer en voz alta y ante los testigos el testamento previamente escrito. En el testamento deben aparecer los datos personales del testado, esto es, nombre, edad, domicilio y nacionalidad. También debe contener información acerca de sus matrimonios, si los hubiera, y de todos sus hijos, del mismo modo si los hubiera. Finalmente, debe aparecer la declaración de hallarse en pleno uso de sus facultades y el nombre y domicilio de los testigos. El documento debe firmarse por el testador, el notario y los testigos. En caso de que se decida no hacerlo ante notario, habrá que hacerlo ante cinco testigos. Esto supondrá que tengan que cumplirse con algunos trámites adicionales con posterioridad a la muerte.
- Testamento solemne cerrado: El testador lleva al notario el testamento en un sobre cerrado, escrito y firmado. Además, en el sobre deben aparecer los datos y firmas del testador, el notario y los tres testigos. Para terminar, el testador debe comunicar en voz alta que en ese sobre está el contenido de su testamento.
Testamento privilegiado
Este tipo de testamento es menos habitual y suele darse en casos en los que la vida del testador está en peligro inminente. De este modo, es un acto en el que se pueden omitir formalidades que la ley habitualmente requiere como la presencia de un notario. Existen tres tipos de testamentos de este tipo:
- El verbal. La ley solo lo autoriza si no hay tiempo de hacer un testamento solemne. En él, el testador debe comunicar de viva voz su voluntad antes tres testigos mayores de edad que sepan leer y escribir. Pero no vale con esto. Para que tenga valor debe estar por escrito y cumplir con los requisitos legales dentro del plazo de 30 días contados desde la muerte del testador.
- El militar y marítimo: Sólo se pueden hacer en caso de Estado de Guerra.
Así que si quieres saber cómo escribir un testamento de forma adecuada, estas son las características que debes tener en cuenta para hacerlo.