Las enfermedades respiratorias forman parte del grupo de patologías que pueden dar derecho a una persona para percibir una pensión de incapacidad permanente en España. Si bien, existe un amplio grupo de enfermedades que pueden derivar en el recibimiento de dicha prestación.
No obstante, es importante dejar claro que el Instituto Nacional de la Seguridad Social, organismo que otorgar el derecho a recibir una pensión de incapacidad permanente, no cuenta con un listado específico de enfermedades.
Y es que el Instituto Nacional de la Seguridad Social analiza cada caso de forma individual y estudia las diferentes afecciones de salud que podrían existir en la persona solicitante y el grado de inhabilitación que se deriva en la actividad laboral.
Además, cuando la Seguridad Social deniega este derecho, la persona afectada tiene la posibilidad de reclamar ante la Justicia. En muchas ocasiones un juez contradice al Instituto Nacional de la Seguridad Social en beneficio de las personas con incapacidad.
Enfermedades respiratorias en la pensión de incapacidad permanente
La pensión de incapacidad permanente es una prestación económica que recibe un trabajador, cuando después de haber estado sometido a un tratamiento médico presente secuelas que le inhabilitan parcial o definitivamente para desempeñar su profesión habitual u otro tipo de trabajos.
Se trata además de una prestación vitalicia mensual que no puede ser compatible con la pensión de jubilación contributiva. Además, la pensión de incapacidad permanente puede extinguirse por revisión de la propia incapacidad.
Así, uno de los grupos de patologías que dan lugar a una pensión de incapacidad permanente son las enfermedades respiratorias. Cómo hemos dicho anteriormente, la Seguridad Social no cuenta con un listado de enfermedades concretas.
Si bien, frente a determinados casos de pacientes con enfermedades respiratorias pueden dar lugar a la percepción de una pensión de incapacidad permanente; debido a que dicha afección de salud no le permita realizar la actividad laboral con normalidad.
Algunas de las enfermedades respiratorias que pueden dar lugar a una pensión de incapacidad permanente son las siguientes:
- Asma severa.
- Neumonía.
- Síndrome respiratorio agudo severo.
- Fibrosis pulmonar.
- Pulmón negro.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
- Embolia pulmonar.
También existen determinados tipos de cáncer relacionados con el aparato respiratorio cuyas secuelas pueden dar derecho a percibir una pensión de incapacidad permanente. Hablamos de cáncer de pulmón o cáncer de laringe.
Por otra parte, el Instituto Nacional de la Seguridad Social está empezando a estudiar diferentes casos de personas que han superado el Covid-19 de forma severa y cuyas secuelas pueden inhabilitar al trabajador para desempeñar una profesión.
Tipos de incapacidad permanente
Una de las claves que analiza el Tribunal Médico de la Seguridad Social para otorgar el derecho a percibir una pensión de incapacidad permanente es demostrar que la persona solicitante realmente se encuentra incapacitada para desarrollar actividades concretas en su profesión o incluso otra labor diferente.
Así, además de las enfermedades respiratorias, la Seguridad Social también atiende este tipo de solicitudes por enfermedades psiquiátricas, del aparato digestivo, oídos, ojos, corazón, enfermedades oncológicas, traumatología o reumatología.
Si bien, existen diferentes tipos de incapacidad permanente según el grado de inhabilitación para el trabajador. Entre ellos encontramos los siguientes:
- Incapacidad permanente parcial: Genera en el trabajador una disminución no inferior al 33% en el rendimiento de su profesión habitual:
- Incapacidad permanente total: En este caso, inhabilita al trabajador para desempeñar su profesión habitual, pero puede desarrollar otra actividad laboral, cuyo grado de incapacidad se lo permita.
- Gran Invalidez: El trabajador precisa de asistencia de otras personas para poder llevar a cabo los actos más esenciales de la vida.
- Incapacidad permanente absoluta: Inhabilita al trabajador para cualquier profesión u oficio.