La humedad es ese mal que debes tener en cuenta en tus rutinas de limpieza si no quieres que se convierta en un auténtico quebradero de cabeza. Y es que con la llegada del otoño, las temperaturas vuelven a bajar y las inclemencias meteorológicas se hacen más presentes en nuestro día a día. Un hecho que igual no habías pensado, pero para el que te tienes que adaptar.
Y es que sí, la rutina de limpieza en casa debe adaptarse según varios factores. Lógicamente, según el tipo de vivienda que tengamos. También influyen los materiales que tengamos en nuestro hogar. Finalmente, la zona en la que vivamos y por supuesto, las condiciones meteorológicas de cada lugar, son cuestiones a tener en cuenta, por tanto, adaptarse según la época del año, es algo fundamental para no tener problemas extras.
En el caso de la humedad, prolifera de manera más rápida en las épocas más frías y lluviosas como es el caso del otoño y el invierno. Cabe señalar, que la humedad no es más que agua que se genera o acumula en el ambiente y que al chocar con alguna superficie, se transforma y es cuando aparecen esas desagradables manchas negras, que además, es perjudicial para nuestra salud, ya que se trata de hongos que proliferan en este ambiente.
Dada la facilidad que hay para que salga la humedad, tener controlados los mejores trucos de limpieza nos da ventaja para que ni suframos esta situación más de lo necesario, ni estropeemos una superficie por no conocer cómo tratarla. Porque este es otro de los grandes problemas. En ocasiones, lo que es bueno para eliminar el moho, es malo para el material donde ha aparecido.
3 TRUCOS PARA ELIMINAR LA HUMEDAD DE LA MADERA
Eliminar la humedad de la madera es aún más necesario que del resto de superficies. No nos malinterpretes, la humedad es un foco de hongos y bacterias, y debe erradicarse para no crearnos problemas mayores que puedan perjudicar incluso nuestra salud. Sin embargo, en cualquier otra superficie menos porosa, como el mármol de un baño, es fácil utilizar productos fuertes para acabar con el moho.
Sin embargo, la peculiaridad de la madera es que si cala la humedad, no solo el moho que aparece es un problema, sino que puede terminar por quedar ese mueble o puerta inservible. Por tanto, en cuanto veas signos de humedad, el primer truco es muy sencillo: Ventila. Es importante que toda la humedad salga de la estancia donde ha aparecido. Una vez ventilado, coloca pequeños recipientes con bicarbonato de sodio por la zona y deja que absorba lo que queda. Tras ello, limpia la madera de la forma habitual que tienes en tu rutina.
Cabe señalar, que la humedad en ocasiones es fruto de las incidencias meteorológicas del exterior. En estos casos, no debes ventilar, o al menos esperar a que haga sol para hacerlo. El segundo de los trucos necesita de un ingrediente especial: el cloro. En este caso, primeramente limpia el moho con un paño húmedo en agua caliente y jabón. Enjuaga y seca con un paño. Una vez seco, mezcla una parte de cloro con nueve de agua y con la ayuda de un paño, pásalo sobre la madera. Debes dejar actuar esta mezcla durante al menos un día entero para que desinfecte bien. Tras ello, vuelve a enjuagar y deja secar completamente.
Finalmente, el último truco si no te gusta usar productos o ingredientes fuertes es que limpies la madera con agua muy caliente. De este modo, acabarás con los hongos. Eso sí, debes secar muy bien la madera y asegurarte de que en la zona no hay humedad. Por tanto, para que salga bien, es importante que inviertas en un deshumidificador que debes colocar en la estancia donde está la madera dañada. De este modo, una vez limpia, se acabará la humedad.