La baja laboral, también definida como incapacidad temporal, es la situación en la que un trabajador no puede realizar sus tareas por motivos de salud, ya sea por enfermedad o accidente, y tiene derecho a una ausencia justificada del trabajo, con la posibilidad de recibir una prestación económica, tal y como la describen las instituciones competentes. En este contexto, el empleado recibirá un subsidio destinado a suplir su salario habitual, y su duración dependerá de la gravedad de la situación que afronte.
De este modo, la Ley General de Seguridad Social estipula, sobre el tiempo que debe durar una baja laboral, que «la duración máxima será de trescientos sesenta y cinco días, prorrogables por otros ciento ochenta días cuando se presuma que durante ellos puede el trabajador ser dado de alta médica por curación». Es decir, un año de baja laboral que podrá ser prorrogado por otro medio año (un total de 545 días) si se estima que el trabajador puede volver a ejercer su empleo en ese tiempo. Pasado ese periodo máximo será otra figura legal la que se hará cargo de su situación.
Derecho de desconexión de los trabajadores
En España, «los trabajadores tendrán derecho a la desconexión digital a fin de garantizar, fuera del tiempo de trabajo legal o convencionalmente establecido, el respeto de su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, así como de su intimidad personal y familiar”, tal y como se cita en el artículo 88 de la Ley Orgánica 3/2018, de Protección de Datos personales y Garantía de los Derechos Digitales.
Por tanto, se trata de un derecho a no responder comunicaciones mientras se está en descanso, vacaciones o baja, por lo que su empleador no puede molestarle durante este tiempo ni demandar su disponibilidad para trabajar. Sin embargo, eso no significa que la empresa no pueda ponerse en contacto con el empleado bajo ninguna circunstancia.
A partir de la ley de desconexión digital, las empresas tienen la obligación de elaborar un protocolo interno que refleje este derecho de los trabajadores. Es decir, una política de desconexión digital interna que aplique a todas las personas de la compañía. Sin embargo, sí existe una excepción por la que la empresa podría llamar a un trabajador de baja: interesarse por el estado de salud del empleado.
Fomentar la desconexión digital de los empleados
La Inspección de Trabajo en España estima que sí es posible sancionar a una empresa que contacte con sus empleados después de la jornada laboral de forma reiterativa. El envío continuado de mensajes, correos o llamadas responde a una «conducta de acoso». En esta línea, el derecho de desconexión digital persigue asegurar el descanso y garantizar la conciliación laboral con la vida personal, algo que repercutirá positivamente en el trabajador, ya que sentirá un mayor sentido de pertenencia a la empresa y aumentará su rendimiento.
- Control horario
El control horario es importante para garantizar que se cumple la desconexión digital. Así se puede comprobar si los trabajadores reciben correos electrónicos fuera de su horario de trabajo. También a través de este registro horario (obligatorio en España desde 2019), se pueden detectar excesos de jornada laboral, analizar las causas y aplicar medidas para solucionarlo.
- Fomentar el trabajo remoto
Iniciativas como la flexibilidad horaria y la jornada por objetivos también contribuyen a mejorar el equilibrio entre la vida profesional y la personal. Se consigue, de esta forma, que los trabajadores empleen su tiempo de manera más eficiente.
- Formación sobre el uso de dispositivos móviles
Las empresas deberían invertir en acciones de formación para fomentar el conocimiento sobre el uso correcto de los dispositivos tecnológicos. Estas formaciones pueden ayudar a sensibilizar a los empleados y directivos sobre la importancia de respetar los tiempos de descanso y desconexión.
- Correos y llamadas, exclusivamente en horario laboral
Recibir emails, mensajes o llamadas fuera del horario laboral puede provocar insatisfacción y estrés laboral. Así pues, velar para que se respeten los horarios será clave para garantizar el derecho a la desconexión digital. Por ello, respetar el derecho a la desconexión digital e implementar medidas para ello favorece la calidad de vida del empleado, lo cual repercute en la productividad de las empresas.