En un movimiento significativo para la economía laboral de España, el Ministerio de Trabajo, junto con los sindicatos CCOO y UGT, ha llegado a un acuerdo para incrementar el salario mínimo interprofesional (SMI) a 1.134 euros mensuales por catorce pagas en 2024. Este aumento representa un alza del 5% respecto al SMI de 2023, que estaba fijado en 1.080 euros, y se aplicará de manera retroactiva desde el 1 de enero de 2024.
El anuncio de esta decisión fue realizado por Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Trabajo, tras una reunión matutina con los agentes sociales, donde se comunicó la resolución del Gobierno sobre el SMI después de negociaciones llevadas a cabo desde diciembre. Este acuerdo es notable, ya que marca un paso más hacia el compromiso del Gobierno de asegurar que el SMI alcance el 60% del salario medio, una meta establecida para esta legislatura.
Sin embargo, es importante destacar que las organizaciones empresariales CEOE y Cepyme no se han unido a este acuerdo. Su reticencia se debe a la no atención a sus demandas, que incluían la indexación del SMI a los contratos públicos y la implementación de bonificaciones para el sector agrícola. A pesar de la disposición inicial de Trabajo, CCOO y UGT de acordar un aumento del 4% si las organizaciones empresariales se unían al pacto, la falta de acuerdo llevó a una subida más ambiciosa del 5%.
Este incremento del SMI es continuación de una serie de subidas en los últimos años. En 2023, el Gobierno, en acuerdo solo con los sindicatos, había aprobado un aumento del 8%. En años anteriores, como en 2020, se había logrado un consenso tripartito entre el Gobierno, sindicatos y la CEOE, resultando en un incremento del SMI de 900 a 950 euros mensuales.
Subida del SMI
La subida del SMI tiene implicaciones significativas para la economía y el mercado laboral español. Un salario mínimo más alto puede contribuir a reducir la desigualdad salarial y mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores con ingresos más bajos. Además, esta medida puede tener un efecto positivo en el consumo interno, impulsando así la economía. Sin embargo, también existe preocupación entre algunos sectores empresariales sobre el impacto que este aumento puede tener en la contratación y en la competitividad de las empresas, especialmente las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y el sector agrícola.
En el contexto europeo, España se está alineando con la tendencia de otros países de la Unión Europea que han estado incrementando sus salarios mínimos en respuesta a la creciente inflación y el coste de vida. Este movimiento refleja un esfuerzo más amplio por garantizar que los trabajadores puedan mantener un nivel de vida digno frente a los desafíos económicos actuales.
En conclusión, el acuerdo para elevar el SMI en España a 1.134 euros en 2024 es un paso significativo hacia la mejora de las condiciones laborales y la reducción de la desigualdad salarial. Aunque acogido con entusiasmo por los sindicatos y trabajadores, sigue generando debate entre las organizaciones empresariales, destacando la complejidad y los múltiples factores que intervienen en la economía laboral.