El INSS deniega la incapacidad permanente a un médico con secuelas de poliomielitis: «No le han impedido estudiar ni trabajar

El paciente arrastra secuelas de poliomielitis desde la infancia, además de una minusvalía reconocida de 34% desde el año 1987

El INSS deniega la incapacidad permanente a un médico con secuelas de poliomielitis

El INSS deniega la incapacidad permanente a un hombre con secuelas de poliomielitis

«Importante inestabilidad con gran riesgo de caídas, dolor crónico y empeoramiento con la marcha y bipedestación prolongada». Este es el informe de un médico que sufre de poliomielitis desde su infancia y al que el Tribunal Médico del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) le ha denegado una Incapacidad Permanente. Este facultativo, ahora paciente, arrastra secuelas desde entonces y necesita utilizar muletas para caminar erguido, ya que la enfermedad que padece le impide la «bipedestación prolongada», es decir, le es prácticamente imposible mantenerse de pie durante mucho tiempo.

Tras la negativa del INSS para concederle una Incapacidad Permanente, este sujeto optó por acudir a la Justicia, donde un Juzgado de lo social de Palma le dio la razón, argumentando que es «parcialmente dependiente para las actividades de la vida diaria y transferencias», además de tener una minusvalía reconocida del 34% desde diciembre de 1987. Por otro lado, en su recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Islas Baleares, el INSS argumentó que las limitaciones que padece el facultativo no le han impedido estudiar ni desarrollar su profesión, «de acuerdo con el cuadro de bajas aportado», concluye este órgano de la Seguridad Social.

El recurso del INSS, desestimado por la justicia

En este sentido, el propio Instituto Nacional de la Seguridad Social, mediante el dictamen de su Tribunal Médico, argumenta, además, que el informe forense solo concluye respecto a la incapacidad del demandante para desarrollar la profesión de médico «sin referirse a otras profesiones». Incluso, insiste esta administración, la de médico, «no requiere desplazamiento ágil y sería compatible con el uso de las muletas, sin que se haya objetivado ninguna afectación psíquica relevante». Ante esta postura del INSS, prácticamente inamovible, el profesional de la medicina recurrió de nuevo ante el Tribunal Superior de Justicia de Baleares, con el objetivo de que le dieran la razón, manifestando las evidentes secuelas de poliomielitis que arrastra desde su infancia, momento en el que comenzó a padecer la enfermedad.

Finalmente, en este punto del proceso judicial, el tribunal señala que el recurso del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) debe ser desestimado, puesto que no se cuestiona la fundamentación de la sentencia de instancia para reconocer el grado de incapacidad absoluta expuesta. Y concluye el órgano de justicia: «Además del uso de las muletas, se refiere la importante inestabilidad con riesgo de caídas, haber sufrido múltiples fracturas, así como el dolor crónico, que requiere analgésicos del tercer grado». Además, añade que es «parcialmente dependiente por algunas actividades de la vida diaria», lo que implica una serie de limitaciones que, «al no haber sido desvirtuadas, abocan a la Sala a confirmar el criterio de la sentencia de instancia», concluye el Tribunal Superior de Justicia de Baleares, que, entonces, desestima el recurso interpuesto por el INSS, a través de su Tribunal Médico.

Finalmente, se deduce que, a pesar de haber podido «estudiar y ejercer su profesión«, como argumentaba el INSS, el estado que arrastra el facultativo debido a las secuelas de poliomielitis desde 1987 son pruebas suficientes para otorgar una Incapacidad Permanente, amparado en la imposibilidad de mantenerse erguido sin la ayuda de muletas, el fuerte dolor crónico que padece y no poder estar en bipedestación durante un periodo de tiempo prolongado.

 

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