Siempre con el optimismo por bandera. Siempre con el optimismo como mejor terapia de la voluntad personal. Siempre con el optimismo como enseña que no se acobarda. Ana Obregón ha decidido afrontar la recaída de su hijo, Álex Lequio, con talante positivo: una actitud ejemplar donde las haya. Como asimismo ejemplarizante es la postura del propio joven, quien además, a mayor abundamiento, no para de bromear en las redes sociales.
Álex es propietario de una empresa de marketing. Precisamente por esta recaída de la enfermedad tuvo que cancelar su presencia en un evento organizada por la propia agencia que dirige, después de haber recibido quimioterapia durante varios días. El cáncer contra el que venía luchando desde hace un año ha vuelto. Y, como no puede ser de otra manera, ahora toca luchar de nuevo con la misma fuerza y con el mismo coraje que caracteriza al hijo de la actriz y presentadora.
Álex nunca ha perdido entereza. Nunca ha perdido el paso en su firme lucha. Los últimos resultados médicos indicaban que estaba superando la enfermedad. Y se mostraba el joven lleno de esperanza. Con unas energías siempre renovadas. Sacando pecho a la adversidad. Regresando al trabajo con abierta confianza. Fue a mediados del pasado mes de septiembre cuando llegó la mala noticia: su última revisión había detectado una recaída.
Una prueba más en la carrera de fondo de la enfermedad. Ana siempre ha estado junto a su hijo, sonriendo a diestro y siniestro. Con una valentía propia de los seres excelentes. Una cercanía acrecentada desde que diagnosticaron la enfermedad en el verano de 2018. No se separa del chico ni a sol ni a sombra.
Precisamente fue Ana Obregón la elegida para sustituir a Álex en la inauguración de una nueva perfumería que, en Sevilla, tuvo lugar el pasado fin de semana. Acto al que Álex había inicialmente confirmado su asistencia.
Pero la ausencia viene marcada por la prescripción médica. Así que, como bromea el propio joven en sus redes sociales, se queda en casa haciendo pesas con su perrito: «Tenía pensado acompañaros a tod@s… pero va a ser que me han puesto arresto domiciliario». A veces la fama se usa para bien. Es el caso de Álex: su ejemplo llega a todos los rincones de España. Para demostrar cómo ha de ser la actitud. Su ánimo rompe barreras y hace añicos cualquier obstáculo.