El 80% de las mujeres con discapacidad sufren violencia. 8 de cada 10. Un dato estremecedor. Además, los expertos aseguran que esta situación se ha intensificado «en frecuencia, extensión y naturaleza» durante el confinamiento que tuvo lugar en marzo de 2020; todo ello como consecuencia de la crisis sanitaria generada por el Covid-19.
Así lo recoge la Fundación CERMI Mujeres a través de un artículo, escrito por Esther Castellanos-Torres e Isabel Caballero. Dicho artículo ha sido publicado en la revista del Centro Español de Documentación sobre Discapacidad, en el que se recogen varios estudios sobre este tema.
Uno de ellos es el de Women Enabled International (WEI) de 2020, en el que se señala que «las mujeres y niñas con discapacidad sufren violencia por parte de sus parejas y familiares al menos dos o tres veces más que otras mujeres». El confinamiento domiciliario y otros momentos de obligatoriedad o aislamiento recomendado hace que «las mujeres tengan menos posibilidades de escapar de la violencia, sobre todo si no pueden contar con sus apoyos habituales».
Este trabajo, también advierte de que «la disminución del acceso a los servicios formales de apoyo significa que las mujeres dependerán más de métodos informales de apoyo, lo que puede exponer aún más a la violencia, la explotación y el abuso».
«Sin olvidar la situación de las mujeres con discapacidad institucionalizadas que corren un mayor riesgo de sufrir violencia debido a su aislamiento, que aumenta cuando no se permite la entrada de familiares u otras visitas», señala.
Avalado por cifras oficiales
En esta misma línea, la Fundación CERMI Mujeres incide en que el confinamiento puede ser un espacio «propicio» para la violencia machista. Además, reitera que en el caso de las mujeres con discapacidad tienen que afrontar el confinamiento «sin apenas apoyos». A esto hay que sumarle las «dificultades derivadas de la falta de suministros de diferentes servicios, o falta de ayudas en el seguimiento escolar de sus hijas e hijos, entre otros».
Además, destacan los datos de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019, realizada por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. En dicho estudio se indica que «el 17,5% de las mujeres con discapacidad que han sufrido violencia física, sexual; emocional o han sentido miedo de sus parejas; afirman que su discapacidad es consecuencia de la violencia ejercida sobre ellas por sus parejas».
En este sentido, destacan que «un 17,4% de las mujeres que tienen una discapacidad acreditada ha sufrido violencia física de alguna pareja frente al 11% de las mujeres sin discapacidad; y un 23,4% tiene una discapacidad como consecuencia de algún episodio de violencia física o sexual». Estos datos han sido recogidos en la misma encuesta.
Iniciativas para poner fin
De ahí que la fundación haya realizado un decálogo de recomendaciones. Todo ello para que las entidades del sector de la discapacidad puedan reforzar el apoyo y seguimiento de estas mujeres y niñas con discapacidad en estas circunstancias. Se trata, según ha explicado, de una «respuesta interseccional» a esta en tiempos de Covid-19. Con ella se busca orientar en relación a las denuncias y sobre lo que hay que hacer en caso de vivir esta situación.
Del mismo modo, han puesto en marcha la iniciativa ‘No estás sola’. Esto se trata de un acompañamiento de mujeres y niñas con discapacidad, madres, profesionales y cuidadoras, que se articula a través de sesiones virtuales semanales sobre diferentes temáticas.
«Esta crisis sigue sin asegurar el enfoque de género en la respuesta que se está ofreciendo a las personas con discapacidad«, ha denunciado la Fundación CERMI Mujeres, quien cree que se debe considerar «de manera diferenciada las necesidades particulares de las mujeres y niñas en el nivel general», pero también «las diferentes necesidades que pueden plantear dentro de una misma discapacidad«.