En España hay más de 4,38 millones de personas en España posee algún tipo de discapacidad, tal y como recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE). En principio, todas las que son mayores de 18 años deberían de tener derecho a votar en las próximas elecciones europeas que se celebran el 9 de junio. Sin embargo, según ha informado desde Irisbond, se estima que el 5,87% de ellas (2), aun queriendo, no podrán ejercer su derecho al voto libre, directo y secreto como el resto de la ciudadanía.
Así que algo falla cuando todas las personas con discapacidad no pueden ejercer su derecho al voto de manera libre.
El voto no es accesible para todas las personas con discapacidad
El Ministerio del Interior, en colaboración con Plena Inclusión, ha desplegado de cara a las elecciones europeas del 9 de junio un conjunto de iniciativas para garantizar el voto accesible de todas las personas con algún tipo de discapacidad. Sin duda, estas medidas facilitarán el voto accesible de ciertas personas con discapacidad. Sin embargo, al ser distintas las discapacidades, en muchas ocasiones, es un tercero quien tiene que ayudar al votante con discapacidad, seleccionando su papeleta por ella o ayudándole de alguna otra forma para ejercer su derecho al voto, con la consiguiente pérdida de privacidad en el proceso.
Y no sólo eso, sino que hacerlo así no garantiza la libertad del votante ya que el simple hecho de que otra persona pueda saber a qué partido se prefiere, o que el sistema electoral no preserve al 100% el voto secreto, puede implicar cambios en la decisión del votante.
Eliminar las barreras para poder votar de manera «libre, directa y secreta»
Esto ocurre pese a que la Constitución exige que el sufragio sea «libre, directo y secreto». Para que existan unas elecciones verdaderamente inclusivas, es necesaria la eliminación de barreras para que estos ciudadanos puedan ejercer su derecho de manera independiente y secreta. La tecnología posibilita, a través de los desarrollos de software y hardware sin contacto, que personas con discapacidad puedan votar de manera independiente y sin ningún tipo de barrera.
Los expertos de la tecnológica española IRISBOND han trazado la ruta del voto para hacerlo 100% touchless y, lo que es mejor, inclusivo. Una de las ventajas del ‘voto sin contacto’ es que garantiza la inclusividad.
Eduardo Jáuregui, cofundador y CEO de IRISBOND, expresa que “la utilización real de estas tecnologías supone garantizar que toda persona que desee votar pueda hacerlo con las herramientas, soportes y recursos necesarios que garanticen que ejerza este derecho fundamental con garantías y de manera anónima. Es necesario dirigirnos hacia procesos electorales inclusivos, eliminando cualquier barrera de accesibilidad que pueda dificultar la participación de personas con algún tipo de discapacidad. Esto incluye no sólo el mismo acto de voto sino también los programas electorales de ‘lectura fácil’ para que puedan ser entendidos por cualquier persona, evitando la vulneración del derecho a la información.”