Diferencias entre las contingencias profesionales y contingencias comunes en la incapacidad permanente

Las contingencias que originan una pensión de incapacidad permanente juegan un papel clave en todo el proceso de este tipo de prestaciones

Contingencias en las pensiones de incapacidad permanente

Contingencias en las pensiones de incapacidad permanente./ Licencia Adobe Stock

Una pensión de incapacidad permanente tiene como objetivo paliar la pérdida de ingresos que sufre un trabajador a causa de una lesión o enfermedad, que reduce o anula su capacidad laboral. En concreto, se analizan las secuelas y limitaciones que presenta el trabajador en relación al ámbito laboral.

Así, una incapacidad permanente puede derivar de contingencias comunes (accidente no laboral o enfermedad común) o contingencias profesionales (accidente de trabajo o enfermedad profesional). El tipo de contingencia juega un papel clave en una incapacidad permanente.

Diferencias entre contingencias comunes y profesionales

Los expertos de ‘Fidelitis’ destacan las siguientes diferencias claves entre las contingencias comunes y las contingencias profesionales, en relación al reconocimiento de una pensión de incapacidad permanente:

Desde ‘Fidelitis’ advierten que «comprender las diferencias entre contingencias comunes y profesionales es fundamental tanto para los trabajadores como para los empresarios. Esta distinción no solo afecta el tipo y la cuantía de las prestaciones, sino también las responsabilidades legales y económicas de las empresas».

Así, vamos a profundizar en las diferencias claves existentes entre las contingencias comunes y las contingencias profesionales. En primer lugar, encontramos el origen del problema. La contingencia común se produce fuera del ámbito laboral, mientras que las contingencias profesionales están relacionadas directamente con el trabajo.

Efectos en la incapacidad permanente

Cuando se trata de una contingencia común, las prestaciones se financian gracias a las cotizaciones de trabajadores y empresarios. Por su parte, si consiste en una contingencia profesional, la financiación procede únicamente de las cotizaciones empresariales.

En el caso de contingencias comunes, las entidades gestoras son el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) o entidades colaboradoras como las mutuas. Sin embargo, si se trata de contingencias profesionales, las entidades gestoras suelen ser las mutuas colaboradoras con el INSS.

Respecto a las prestaciones económicas, cuando se trata de contingencias comunes, la base reguladora para calcular la prestación es menor. En el caso de contingencias profesionales, la pensiones de incapacidad permanente suelen ser más elevadas, debido a una mayor base reguladora. Del mismo modo ocurre con las prestaciones de incapacidad temporal.

Finalmente, en el caso de contingencias comunes se requiere un periodo mínimo de cotización para obtener el reconocimiento de una pensión de incapacidad permanente, salvo excepciones. Si la incapacidad permanente deriva de contingencias profesionales, no se exige ningún periodo de cotización previo.

Comprender las diferencias entre contingencias comunes y contingencias profesionales es clave en cualquier proceso de incapacidad permanente. De este modo, ayuda a entender mejor cómo se gestiona una situación de incapacidad, qué derechos tiene el trabajador o cómo se financia la correspondiente prestación.

En relación a las pensiones de incapacidad permanente, es importante recordar que las cuantías de estas prestaciones tendrán una revalorización a partir del 1 de enero de 2025. Concretamente, las cuantías de las pensiones de incapacidad permanente subirán un 2,8% con respecto a los importes del año 2024.

Una vez más las pensiones de incapacidad permanente se revalorizarán en función del IPC (Índice de Precios al Consumo) interanual del año anterior. La finalidad de este mecanismo de revalorización utilizado por el Gobierno de España es evitar la pérdida del poder adquisitivo de los pensionistas frente a la inflación de precios.

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