¿Cuál es la diferencia entre el kéfir y el yogur?

El kéfir y el yogur son dos productos lácteos muy similares pero con diferente elaboración y distintas propiedades

¿Cuál es la diferencia entre el kéfir y el yogur?

El kéfir es un yogur lácteo muy similar al yogur que se fermenta a través de la acción de un conjunto de levaduras y bacterias. Es apto para todo tipo de consumidores e incluso puede ser una buena opción para las personas que sean intolerantes a la lactosa, ya que durante su elaboración se eliminan las bacterias de la lactosa. Ahora bien, ¿Cuál es la diferencia entre el kéfir y el yogur? Al ser dos productos tan similiares, son muchos los consumidores que no saben exactamente cuál es la diferencia.

La mayoría de leches fermentadas tuvieron su nacimiento en algunos pueblos nómadas de algunas regiones asiáticas o pegadas a Asia Occidental, pero en España se popularizó el yogur por la mejora económica del país y el auge comercial de las neveras en los años 60. No obstante, desde hace algunos años el kéfir también ha llegado a la nevera de los supermercados, por lo que es importante conocer cuál es la diferencia entre ambos.

Así que si aún no sabes cuál es la diferencia entre el kéfir y el yogur, a continuación te lo contamos para que sepas qué meter en el carrito de la compra y cuáles son los beneficios.

Kéfir y yogur, ¿En qué se diferencian?

Tanto el yogur como el kéfir proceden de la leche cruda. Ambos son alimentos probióticos que influyen de forma positiva en la microbiota intestinal. Sin embargo, existen algunos puntos claves que los diferencian notablemente. El proceso de elaboración es distinto, el sabor también y contienen diferentes tipos de microorganismos y en distintas cantidades.

Kéfir
El kéfir y el yogur tienen diferentes microorganismos

Diferentes tipos de microorganismos

Para que un yogur se pueda considerar ‘yogur’ debe contener unas bacterias llamadas Streptococcus thermophilus o Lactobacilus bulgaricus, con una fermentación láctica. El kéfir por otra parte, puede contener Streptococcus casei, Streptecoccus lactis, Streptococcus cremoris, Streptococcus acidophilus o Kluyveromyces marxianus y su fermentación es lacto-alcohólica. Al ser un cultivo mesófilo, además, se desarrollará a temperatura ambiente o moderada (hasta 45ºC). El yogur, en cambio, es un alimento termófilo, lo que quiere decir que se desarrolla a temperaturas más altas.

El kéfir contiene una mayor cantidad de microorganismos vivos que el yogur, entre 10 y 40 cepas, mientras que el ygour tan solo tiene entre 4 y 6. Esto hace que el kéfir tenga un mayor poder microbiano. Además, el kéfir, a diferencia del yogur convencional, no puede someterse a una segunda pasteurización y puede contener un poco de alcohol debido a su fermentación y levaduras.

¿Cómo se elabora el kéfir y el yogur?

La elaboración del kéfir es realmente sencilla. Tan solo hay que mezclar los gránulos del kéfir con la leche. Se deja fermentar durante 24 horas y luego se cuela. Es un proceso bastante sencillo de elaborar en casa, solo se necesita tener un nódulo de kéfir para poder hacerlo.

En el caso del yogur, también es posible prepararlo en casa, aunque requiere de algo más de técnica. Solo se necesitará la leche y los fermentos lácticos. En este caso es necesario controlar la temperatura en todo momento (calentarla y luego dejarla enfríar). Se puede realizar en una yogurtera.

A esto hay que añadir que el kéfir tiene un sabor más intenso, y es por eso mismo por lo que algunas personas prefieren tomar un yogur antes que el kéfir. Además, el kéfir tiene una textura un poco más líquida que el yogur y cierta efervescencia, por lo que muchas personas piensan que es una bebida y uno un producto para consumir de la misma forma que el yogur.

En ambos casos, tanto en el caso del yogur como del kéfir, se recomienda consumirlos al natural, es decir, sin nada de azúcar.

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