Llega el verano y apetece una cerveza o dos. Muchas personas se abonan al líquido de oro de la cebada y hacen todo lo posible para intentar unir un buen plan en el que siempre esté incluida la cerveza. De forma que independientemente del tipo y de la marca que sea, sea Cruzcampo o Estrella Galicia, es objeto de culto y la gran triunfadora del día. ¿Pero sabes diferenciar una cerveza regular de una light?
No, no es lo mismo que una cerveza 0,0% de las que normalmente las marcas se suelen hacer un modelo aparte para quienes buscan otra cosa diferente.
Lo cierto es en el mapa nutricional de ambas bebidas, se incluyen diferentes propiedades a todas luces interesantes de abordar para bien de nuestro organismo.
No necesitarás un experto cervecero que te recomiende cuál es mejor, pero sí quizá sea buena idea de que si tienes nutricionista, le preguntes por todas las ventajas de una cerveza regular y otra light.
¿Qué es la cerveza light?
No tiene nada que ver el alcohol con la cerveza light, para quien se pregunte si es lo mismo una cerveza light que una cerveza 0,0. Ni por asomo.

Lo cierto es que cuando hablamos de una cerveza light hacemos referencia a un tipo de líquido de cebada que tiene menos calorías, pero la historia no acaba ahí.
Porque la cerveza regular suele tener entre un 2% y un 3% más calórico que la cerveza light, así que es un dato a tener en cuenta para nuestro desarrollo.
El aporte energético de la cerveza es muy parecido entre la cerveza normal y otra light: entre 19 y 30 kilocalorías por cada 100 mililitros.
Esta es la gran clave para diferenciar nutricionalmente la cerveza normal de la light
Al igual que pasa con el resto de alimentos, la cantidad de cerveza que nos tomamos es proporcional a las calorías adquiridas, claro.
Así que el gran matiz que define a ambas cervezas está en la cantidad de cerveza que bebemos. Las calorías consumidas suben mucho si bebemos mucho.
Pero otro concepto interesante a analizar en este punto es la cantidad del ácido fólico, una vitamina B que ayuda al organismo a crear células nuevas.
El ácido fólico de la cerveza cuenta con una escasa presencia, por lo que no será ni mucho menos un problema a la hora de poder sacar todas sus ventajas.
Para que te hagas una idea, hablamos de entre cinco y diez microgramos por cada 100 mililitros de la famosa cerveza, así que no tendrás problemas.
Si lo que quieres es poder llegar al mínimo de la cantidad de ácido fólico necesaria, deberás encontrarlo en otro tipo de alimentos como legumbres y.