Cada 25 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Espina Bífida. Esta es una malformación congénita (llamada comúnmente defecto congénito) por la cual la columna vertebral no se desarrolla normalmente en las primeras semanas del embarazo. Ello provoca daños permanentes en la médula espinal y el sistema nervioso del bebé y puede dar lugar a parálisis de los miembros inferiores o problemas funcionales del intestino y la vejiga, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el Día Mundial de la Espina Bífida, el mensaje de las asociaciones sobre la enfermedad se centra en la prevención de esta malformación congénita. También busca la necesidad de mejorar la calidad de vida de los afectados desde la infancia. En España, entre 8 y 10 bebés de cada 10.000 tienen algún tipo de anomalía del tubo neural, y la espina bífida afecta a más de la mitad.
En la mayoría de los casos, la espina bífida se diagnostica antes del nacimiento. Sin embargo, algunos casos leves pueden pasar desapercibidos hasta después del nacimiento. Es posible incluso que nunca se detecten casos muy leves sin síntomas.
Existe controversia sobre cuando es el Día Mundial de la Espina Bífida, ya que hay organizaciones e instituciones que lo conmemoran el 25 de octubre y otras el 21 de noviembre. Eso sí, ambos días buscan la prevención de esta malformación congénita y en la necesidad de mejorar la calidad de vida de estas personas.
Estos son los cuatro tipos de Espina Bífida
Los expertos señalan que existen cuatro tipos de espina bífida:
- Oculta
- Defectos del tubo neural cerrado
- Meningocele
- Mielomeningocele
Una de ella es la oculta, que es la forma más común y más leve, en la cual una o más vértebras están malformadas. El nombre «oculta» indica que la malformación o apertura en la columna está cubierta por una capa de piel. Esta forma de espina bífida raramente causa incapacidad o síntomas.
Otra es la conocida como los defectos del tubo neural cerrado, que componen el segundo tipo de espina bífida. Esta forma consiste en un grupo diverso de defectos espinales en los que la columna vertebral está marcada por una malformación de grasas, huesos o membranas. En algunos pacientes hay pocos o ningún síntoma; en otros, la malformación causa parálisis incompleta con disfunción urinaria e intestinal.
En el tercer tipo, el meningocele, las meninges sobresalen de la apertura espinal y la malformación puede o no puede estar cubierta por una capa de piel. Algunos pacientes con meningocele pueden tener pocos o ningún síntoma mientras que otros pueden tener síntomas similares a los defectos del tubo neural cerrado.
Por último, el mielomeningocele es la más grave y se produce cuando la médula espinal está expuesta a través de la apertura en la columna, dando como resultado una parálisis parcial o completa de las partes del cuerpo por debajo de la apertura espinal. El paciente en los casos más graves no puede caminar y puede tener disfunción urinaria e intestinal.