El Daño Cerebral Adquirido es una lesión que afecta al cerebro. Dicha enfermedad se caracteriza por aparecer de manera brusca y por el conjunto variado de secuelas que presenta según el área del cerebro lesionada y la gravedad.
Según la Federación Española de Daño Cerebral (FEDC), las secuelas provocan anomalías en la percepción, alteraciones físicas, cognitivas y emocionales de la salud de nuestro organismo.
Desde el 2007, en España cada 26 de octubre se conmemora el Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido (DCA), una efeméride instituida por el Consejo de Ministros a propuesta de la Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE). El objetivo de este día es sensibilizar e informar a la población sobre la realidad y necesidades del colectivo de familiares y afectados por el daño cerebral.
Según datos oficiales, en España hay 420 mil personas conviven a diario con esta enfermedad cuya principal causa es el ictus. Le siguen los traumatismos craneoencefálicos y enfermedades como las anoxias, los tumores cerebrales o las infecciones. Cabe destacar que el 44% de las personas que sobreviven a un ictus desarrollan discapacidad grave por el daño resultante.
Síntomas
La lesión cerebral traumática ocurre cuando un golpe, impacto, sacudida u otra lesión en la cabeza causa daño al cerebro. Los síntomas de una lesión cerebral traumática pueden no aparecer hasta días o semanas después del golpe.
De esta manera, las personas con una lesión cerebral moderada o grave podrían tener estos y otros síntomas:
- Dolor de cabeza que empeora o no desaparece
- Vómitos o náuseas repetidos
- Convulsiones
- Incapacidad para despertar del sueño
- Problemas para hablar
- Debilidad o entumecimiento en los brazos y las piernas
- Pupilas dilatadas
Causas
Cuando el origen de la lesión cerebral es un golpe, hablamos de traumatismo craneoencefálico. Muchos de los traumatismos craneoencefálicos que causan daño cerebral se producen por un accidente de tráfico. Otras situaciones que pueden provocar un traumatismo son los accidentes laborales, las caídas o las agresiones físicas, según la FEDC
Según las áreas de rehabilitación que las trabajan, las secuelas del daño cerebral adquirido pueden clasificarse en siete grandes áreas:
- Nivel de alerta
- Control motor,
- Recepción de información,
- Comunicación,
- Cognición,
- Emociones
- Actividades de la vida diaria.
Decálogo de los familiares de pacientes con Daño Cerebral Adquirido
El Grupo Casaverde, especializado en rehabilitación neurológica, rinde homenaje al entorno más cercano de los pacientes que padecen esta lesión con motivo del Día del Daño Cerebral Adquirido que se conmemora cada 26 de octubre.
Para elaborar ‘El decálogo de los familiares de pacientes con DCA’ se han recopilado los testimonios de vida de hijos, hermanos y cónyuges de personas que están recibiendo rehabilitación en los centros Casaverde Neuro.
A la vez se hace extensiva la puesta en valor del trabajo de los profesionales y de los propios pacientes para sensibilizar a la población y poner el foco en las necesidades de atención y rehabilitación que necesitan.
El decálogo recoge de manera resumida el testimonio emocional de diferentes personas que viven esta situación al lado de sus familiares más directos, como es el caso, entre otros, de Roberto con su madre Carmen que padeció un ictus con derrame cerebral masivo en enero de 2021, de Carmen que acompaña a su marido Luis Miguel en el proceso de rehabilitación desde hace tres años, de Cati que vive la delicada situación sobrevenida a su hermano Antonio de 52 años tras un golpe de calor, y de Lorena, hija de David que cuenta en la actualidad 65 años, que también sufrió un ictus.
Decálogo
- Cariño y afectos constantes. Es necesario prestar toda la atención posible a nuestros seres queridos con daño cerebral adquirido y mostrar siempre lo mejor de nosotros porque ellos lo van a sentir de manera especial.
- Calor y cercanía. Estemos con ellos todo el tiempo que sea posible. Nuestras caricias y nuestros besos “hacen milagros”. Hay que estar cerca porque nos necesitan.
- Ser pacientes y constantes en sus cuidados. No desfallecer y ver en cada pequeño logro un importante paso hacia adelante. Disfrutar cada momento.
- Comunicación permanente. Hablemos con ellos, cantemos, bailemos, enseñemos fotos y vídeos de la vida pasada y actual. Hay muchas formas de comunicar.
- Participemos en los procesos de rehabilitación con los profesionales. Las familias somos una parte esencial en el proceso trabajando en colaboración con los profesionales que les atienden. Todos formamos parte de la rehabilitación.
- La ayuda de los familiares es imprescindible. Somos víctimas igual que el propio paciente, o a veces más, ya que somos conscientes de la situación.
- Hablemos de familias afectadas, no individuos, ya que el daño cerebral adquirido cambia la vida a todos, a todo el entorno familiar; padres, hijos, cónyuges de manera más directa.
- Vivir con optimismo. Aceptar la situación. No desfallecer. Quererlo y aceptarlo tal y como está ahora. No perder la esperanza y dar ánimos siempre.
- Su mirada y sus gestos lo son todo. Una leve sonrisa, una mueca, una mirada son la forma de expresar su sentimiento. Aprendamos o creemos un nuevo lenguaje.
- No perder la batalla. Luchar, luchar, luchar.
Desde las entidades asociadas al daño cerebral adquirido señalan que se debe sensibilizar e informar a la población sobre la realidad y necesidades del colectivo de familiares y afectados por esta lesión.