Los semáforos son a buen seguro las herramientas más eficientes con las que cuenta la Dirección General de Tráfico (DGT) para regular la circulación y evitar muchas situaciones de peligro. Y es que se trata de un elemento sencillo y elemental, con el que poder organizar tanto a vehículos como a peatones, para que puedan circular o cruzar la vía sin ponerse mutuamente en peligro. Pero, ¿Sabemos realmente interpretar el funcionamiento de los semáforos?
El mecanismo es sencillo y fácil de aprender. De hecho, desde que somos niños no enseñan que no se puede cruzar la calle cuando el semáforo está en rojo, y que podemos hacerlo con prioridad cuando está en verde. De igual modo pasa con los vehículos, suelen se de las señales más respetadas parando cuando está en rojo y circulando cuando está en verde. La duda siempre surge con el ámbar, ¿Cuál es la acción que debemos tomar según la DGT cuando el semáforo se torna en este color?
La DGT indica qué debemos hacer con el semáforo en ámbar
La Dirección General de Tráfico (DGT), es quien dicta las directrices en cuanto al uso de todas las señales que nos encontramos en la carretera. Es por ello, que ante una duda, lo correcto es acudir a la entidad de tráfico para discernir qué dice al respecto. En el caso de los semáforos, el funcionamiento es sencillo: Tiene tres luces de colores, y en base a cada uno, se puede o no realizar un tipo de acción. En este sentido, el rojo siempre es detención obligatoria, el verde, que se puede circular, pero, ¿Qué significa el ámbar?
Según establece el artículo 146 del Reglamento General de Circulación, «una luz amarilla intermitente o dos luces amarillas alternativamente intermitentes obligan a los conductores a extremar la precaución y, en su caso, ceder el paso. Además, no eximen del cumplimiento de otras señales que obliguen a detenerse». Sin embargo, cuando la luz en ámbar es fija, los conductores tienen la obligación de detenerse, una acción que no siempre se lleva a cabo.
Y es que muchos casos, los conductores al ver la luz en ámbar, aceleran para poder pasar el semáforo antes de que se ponga en rojo. Sin embargo, la DGT establece que cuando el semáforo se ponga de este color, reduzcamos paulatinamente la velocidad y de este modo, tengamos un mayor tiempo de reacción. Curiosamente, la indicación de tráfico es todo lo contrario a lo que muchos conductores creen que deben hacer, que es acelerar.
Dispositivos de seguridad en los semáforos
La DGT cuenta a su vez con unos dispositivos conocidos como radares ‘foto-rojo’, para controlar que se respetan los semáforos. Se trata de una cámara de vigilancia que se coloca a unos 25 metros de la línea de detención y controla si los vehículos se detienen cuando así lo indica esta señal luminosa, es decir, cuando el semáforo está en rojo. No obstante, es habitual que estos controles estén señalizados con antelación para que los conductores tengan constancia de ellos.
Por ejemplo en Madrid, según informan desde su Ayuntamiento, cada radar de semáforo cuenta con dos cámaras que realizan dos instantáneas al vehículo: La primera de ellas, se hace antes de la línea de detención, y la segunda, una vez el vehículo se haya saltado el semáforo en rojo. El sistema tiene capacidad para hacer ambas fotos y que en estas, se distinga el número de matrícula tanto si es de día como si es de noche.
Pero, ¿Cuál es la multa por saltarse un semáforo en rojo? Cabe señalar, que llevar a cabo esta acción, puede poner en peligro no solo la vehículo infractor, sino a todos los que estén ese momento en cualquiera de las intersecciones del semáforo, incluidos peatones. Es por ello, que la DGT contempla una sanción económica de hasta 200 euros y la pérdida de cuatro puntos del carnet de conducir por esta mala acción.