La DGT va modificando la normativa en carretera según las necesidades de los conductores. Y ahora ha entrado en vigor una de esas normativas que puede hacer que nos gastemos un dineral. Se trata de la famosa ‘caja negra‘ que ya encontramos en los aviones. Ahora también se han trasladado a los coches.
Desde el pasado 7 de julio, todos los coches que salgan del concesionario tienen que contar con este dispositivo. Es decir, que todos los vehículos nuevos matriculados en España o en la Unión Europea deben contar con este sistema, que recopila información sobre los accidentes laborales para analizarlos y reducir la siniestralidad.
El nuevo sistema de la DGT te costará hasta 800 euros
Expertos del sector estiman que este dispositivo, conocido como EDR (registrador de datos de eventos, por sus siglas en inglés), incrementará el precio de los vehículos entre 300 y 800 euros, una suma considerable para quienes están pensando en comprar un coche.

Según explicaron desde la Dirección General de Tráfico (DGT) hace unos años, al establecerse la normativa, esta caja negra graba todos los datos durante los 30 segundos previos a un siniestro y los cinco segundos posteriores. Profundizando en su funcionamiento, la información recopilada es anónima, ya que el EDR solo registra datos en situaciones específicas y no almacena datos personales como el nombre, la edad o el sexo del conductor.
Ahora bien, ¿Cuál es la función de dicho dispositivo? Según la DGT, esta ‘caja negra’ sirve para analizar las causas e incentivar a mejorar la conducción. Además, explican que este registrador se coloca debajo del asiento del conductor, en la centralita de los airbags, que está atornillada al chasis.
¿Qué datos registrará el EDR? Esta es su finalidad
Este registrador almacena más de 15 variables, entre las que se incluyen: la velocidad del vehículo, la frenada, las revoluciones del motor, la fuerza del impacto frontal y lateral, los movimientos de dirección, la posición del acelerador, y el funcionamiento de sistemas de seguridad como los airbags, los cinturones de seguridad y determinados asistentes. Además, también registra parámetros como el día y la hora.
La finalidad de los registradores es grabar y almacenar datos para que los Estados miembros de la UE puedan utilizarlos en análisis de seguridad vial y en la evaluación de la eficacia de medidas concretas, sin posibilidad de identificar al propietario o poseedor de un vehículo a partir de los datos almacenados.
Según la normativa europea, solo las autoridades nacionales podrán acceder a la información recopilada por los EDR, basándose en el Derecho de la Unión o nacional, y únicamente para la investigación y análisis de accidentes. Esto incluye la homologación de sistemas y componentes, así como la comprobación del posible incumplimiento del Reglamento (UE) 2016/679, mediante una interfaz normalizada.