La Dirección General de Tráfico (DGT) sigue velando por la seguridad de todas las personas que de alguna forma u otra colaboramos en el tráfico. El gran representante a nivel nacional encargado de gestionar este ámbito ha querido señalar 3 casos muy concretos en los que debemos reducir nuestra velocidad sin necesidad de que una señal así nos lo diga. De nosotros dependerá luego poder actuar correctamente, y así debemos hacerlo para colaborar en la prevención de accidentes.
En datos de la DGT del año 2019, la velocidad influyó en el 23% de los accidentes mortales de tráfico, 298 en total, por lo que la intención es reducir considerablemente esa cifra.
Hay que tener en cuenta además que, según la organización que preside Pere Navarro, la velocidad inadecuada estuvo presente en 6.049 siniestros viales, el 8% del total en ese mismo ejercicio.
Por lo que la gran conclusión que se saca de estas estadísticas, donde detrás van personas y sus familias, es que la velocidad sigue siendo más que un problema en las carreteras.
Porque muchas personas siguen conduciendo bien de forma imprudente, bien por errores que siguen repitiendo a la hora de respetar las normas de la Seguridad Vial.
¿Cuáles son los límites de velocidad en autovías y carreteras convencionales?
Según aborda la DGT, los límites máximos genéricos de velocidad están recogidos en el artículo 48 del Reglamento General de Circulación:
- 120 km/h en autopistas y autovías
- 90 en las carreteras convencionales para turismos y motocicletas (este último entró en vigor en enero de 2019).
- Para autobuses, camiones y otros vehículos los límites son menores
Ahora bien, cabe preguntarse si en todos los tramos de la carretera debemos circular al límite máximo, y la DGT se muestra tajante: no, no se puede.
La normativa obliga a rebajar las limitaciones con el objetivo de conseguir condiciones de comodidad y seguridad.
¿Cuándo debo reducir la velocidad? La DGT responde
Así que hay una serie de casos, como apuntábamos al principio, en los que no tenemos que bajar la velocidad independientemente de que una señalización te lo indique.
Matiza la DGT que hay variables en las que intervienen muchos factores, como la capacidad de percepción o de frenado, o la visibilidad geométrica de la carretera.
El abanico de contextos en los que debemos bajar la velocidad es tan amplio como queramos verlo. De forma que están recogidos en el artículo 7 de la Norma 8:
- Cuando se disminuye la visibilidad, como en curvas o pendientes
- En los cruces de carretera
- Por razones de seguridad vial, como las condiciones, el estado del firme, el tiempo meteorológico u otros casos imaginables
Es bueno cerrar este artículo con un último apunte que hace la DGT acerca de las travesías, donde la velocidad para circular no debe pasar los 50 kilómetros por hora.