Cuando hablamos de desempleo, de forma general nos referimos al hecho de que una persona no tenga trabajo. Es decir, una persona que quiera trabajar, pero la hayan despedido o no encuentre un puesto. En España, tenemos varias palabras para referirnos a este suceso: paro, desocupación, etc.
Del mismo modo, se alude al desempleo cuando se habla de porcentaje de personas que no tienen un trabajo. En este caso, también se habla de tasa de paro. Por desgracia, son definiciones con las que estamos familiarizados, pues este hecho, es una de las grandes lacras de nuestro país. Y es que España, cuenta con una de las mayores tasas de paro de Europa.
Esto significa, que hay muchas personas que estando en edad de trabajar y queriéndolo hacer, no encuentran un empleo. El problema fundamental del desempleo es que la persona no percibe un salario para vivir. De este modo, la población se empobrece y la economía global del país no avanza como debería.
Sin embargo, existen distintos tipos de desempleo.
- Desempleo estructural: Cuando quienes buscan empleo, no cumplen los estándares de empleados que busca una organización.
- Desempleo estacional: Ocurre porque ciertos puestos de trabajo solo son requeridos en determinadas épocas del año.
- Desempleo coyuntural o cíclico: Tiene relación con la economía del país y depende, por lo general, del crecimiento o disminución de la iniciativa privada.
- Desempleo friccional: Que lo analizaremos a continuación.
Desempleo friccional
El desempleo friccional tiene un matiz diferencia fundamental con respecto a lo que se entiende generalmente con este concepto. Y es que en este caso, es el trabajador quien decide adquirir esta posición. Es decir, la persona desempleada decide dejar su puesto de trabajo de forma voluntaria. Por tanto en este caso, es el trabajador el responsable de quedarse sin empleo.
Pero, ¿Qué motivos pueden llevar a una persona a tomar la decisión de dejar un trabajo? A groso modo, nos es difícil imaginar esta situación. Pues con lo complicado que está el acceso al mercado laboral, decidir un desempleo friccional no parece real. Sin embargo, en ocasiones existen situaciones que llevan a la persona a tomar esta decisión, que por difícil que parezca, puede tener sus razones.
Causas para dejar un trabajo
Viviendo en uno de los países con más tasa de paro, se hace complicado imaginar que alguien pueda dejar voluntariamente su empleo. Sin embargo, el desempleo friccional no es simplemente dejar un trabajo por dejadez. De hecho, estos periodos suelen tener razones justificadas y suelen durar un corto periodo de tiempo.
Algunas de las razones más frecuente tienen que ver con el cuidado de hijos y familiares enfermos. En ocasiones, el trabajador no tiene la opción de pedir una excedencia y por tanto, no le queda más remedio que dejar su trabajo. Suelen ser situaciones extremas en las que a la persona le compensa no trabajar antes que contratar a alguien que haga esa labor.
Por otra parte, en ocasión una persona deja su trabajo con el fin de seguir progresando laboralmente. En este sentido, puede que sea solo un periodo de transición hacia otro empleo. Pero también, puede ser para volver a estudiar otra carrera o incluso unas oposiciones que le lleven a otra situación laboral.