Tener plantas en casa siempre alegra la vista y la vida. Bien es cierto que no siempre tenemos el espacio suficiente que nos gustaría, o los medios. Las plantas requieren un cuidado que no siempre podemos darles, por lo que al final terminamos siempre por tener un cactus que requiera poca agua y nada más. Pero si queremos tener una planta fácil de cuidar y, además, comestible, la lechuga puede ser una gran opción.
La mayoría de verduras requiere una gran cantidad de tierra para poder criarse en casa, pero la lechuga es una excepción. Esta verdura no necesita un parterre de gran tamaño ni nada por el estilo. En apenas una botella de plástico podremos tener nuestra propia lechuga que irá creciendo poco a poco y de forma continua. Y todo con poco esfuerzo.
Para plantar nuestra propia lechuga no vamos a necesitar ni muchas cosas ni mucho tiempo. A continuación, vamos a repasar todo lo necesario para que en poco tiempo estemos comiendo una ensalada plantada por nosotros mismos, algo que resulta muy satisfactorio además de saludable.
¿Qué necesitamos para cultivar lechuga en casa?
Los elementos que vamos a necesitar para cultivar lechuga en casa son los siguientes:
- Semillas de lechuga
- 1 botella de plástico por cada lechuga
- Tierra abonada
- Un hilo grueso
Las semillas de lechuga son fáciles de encontrar y en cualquier tienda especializada las podemos comprar sin problemas. En cuanto a la botella de plástico, cualquiera tipo PET nos sirve. Lo ideal es que sea de mínimo 1’5L de tamaño, pero si son un poco menor no debería estar mal tampoco. En lo que a la tierra abonada se refiere, en cualquier tienda especializada también deberían poder ayudarnos y aconsejarnos. No necesitaremos una gran cantidad, ya que es un poco por cada botella. El hilo grueso tampoco supone problemas de conseguir.
¿Cómo cultivar lechugas en botellas de plástico?
Para cultivar las lechugas en botellas de plástico vamos a seguir los pasos a continuación marcados. Es importante que se hagan bien cada uno de ellos para que no cometamos ningún error.
- Cortamos la botella por la mitad, más o menos, de forma que podamos introducir la parte del tapón dentro de la otra y no toque el fondo.
- Hacemos varios orificios en el tapón, para que respire la tierra.
- Pasamos el hilo por uno de los orificios, dejando que cuelgue hasta tocar el fondo de la otra parte de la botella. Este hilo debe salir por la parte superior.
- Añadimos la tierra abonada dentro de la botella, pero solo en la parte del tapón. En la otra parte de la botella añadimos un poco de agua.
- Agregamos entonces la semilla de lechuga para que se entierren unos 2 centímetros. Cubrimos con un poco más de tierra si es necesario.
- Listo, ahora nos queda esperar.
El sistema que se crea es bastante simple. El hilo hace que la tierra abonada de la lechuga coja el agua que necesita. Por otro lado, los orificios del tapón de la botella de plástico dejan pasar el aire necesario. Esta combinación hace que la lechuga crezca sana y en poco tiempo.
Alrededor de dos meses después de terminar de plantar la lechuga, ya estará lista para comerse, así que debes tener un poco de paciencia, pero no demasiada. Lo mejor de todo es que después de cosecharla, podemos volver a plantar en el mismo recipiente haciendo uso de todos los elementos, así que las veces siguientes resultará más fácil de preparar.