El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) es el organismo encargado de otorgar el derecho a recibir una pensión de incapacidad permanente. Sin embargo, también se puede obtener el derecho a cobrar una prestación de este tipo a través de la Justicia.
Es decir, el ciudadano tiene la posibilidad demandar al INSS tras la denegación de una incapacidad permanente y no fructificar la reclamación previa. Sin embargo, comenzar una batalla judicial contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social no es sencillo.
Primeramente, es importante rodearse de un buen equipo de abogados que analice nuestra situación antes de proceder a demandar el INSS. Es esencial examinar las probabilidades de éxitos al interponer una demanda contra un organismo tan relevante en España.
Duración del proceso judicial
Una vez que se lleva a cabo la demanda contra el INSS comienza el proceso judicial. Así, el primer plazo es esperar que se admita la demanda, lo que puede conllevar un periodo de tiempo entre dos o tres meses.
Cuando la demanda se admite, la Justicia emite un documento denominado ‘Decreto de admisión y señalamiento del juicio’. Sin embargo, desde la acreditación de dicho documento y la celebración del juicio también puede pasar un largo periodo de tiempo.
Los profesionales de ‘CampmanyAbogados‘ explican que el juicio para obtener una pensión de incapacidad permanente puede ser a un año vista. Incluso, puede alargarse hasta dos años, tal y como ha ocurrido durante la pandemia.
Sentencia de incapacidad permanente
La duración del juicio como tal puede variar según la situación de cada paciente. Así, habitualmente, la sentencia suele tardar entre dos semanas y un mes aproximadamente.
A pesar de la duración de un proceso judicial para obtener una incapacidad permanente, la espera puede valer la pena. Y es que si la Justicia nos da la razón, no solamente cobraremos una pensión de incapacidad, si no que también puede contemplar el ingreso de una indemnización por los atrasos en los pagos que deberíamos haber recibido.
Para comenzar a cobrar los atrasos y las mensualidades propias de la incapacidad permanente, la sentencia judicial debe ser firme. Es decir, que ni el INSS ni el trabajador recurran la sentencia emitida por un juez. De lo contrario, habrá que esperar a que se determine una sentencia firma por motivo de un recurso legal.
Así, según indican los profesionales de ‘CampmanyAbogados‘, los profesionales del INSS tardan aproximadamente «dos meses en empezar a abonar la pensión si la sentencia es favorable al trabajador. Pero en ocasiones la espera se puede demorar hasta tres y cuatro meses».
En definitiva, iniciar un proceso judicial contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social, puede eternizarse, por lo que es recomendable armarse de paciencia. Sin embargo, es recomendable esta opción siempre que el trabajador crea que se están vulnerando sus derechos en base a su situación.