El testamento es un documento oficial que puede realizar cualquier ciudadano en España. Se trata de un elemento legal, a través del cual los ciudadanos pueden dejar por escrito su voluntad en torno a sus bienes o patrimonio después de su fallecimiento. En cualquier caso, el testamento no es totalmente libre, ya que deben respetarse diferentes disposiciones legales en torno a la herencia.
Gracias a un testamento, se puede determinar quién o quiénes serán los propietarios de nuestros bienes o patrimonios. Del mismo modo, también se puede nombrar a un representante legal para que se haga cargo de un hijo menor en caso de fallecimiento del testador. Igualmente, se puede hacer la misma acción en relación a las mascotas.
¿Cuándo es recomendable hacer testamento?
Los expertos en la materia siempre recomiendan realizar testamento, puesto que tiene diferentes ventajas para el testador y sus posibles herederos. Si bien, muchas personas se preguntan cuál es el momento adecuado para hacer un testamento.
La realidad es que no existe un momento determinado de la vida en el que realizar un testamento. Por ello, cuanto antes se haga mejor para garantizar la seguridad de nuestros bienes y el cumplimiento de nuestras últimas voluntades. Hay que tener en cuenta que el testamento se puede modificar tantas veces como se quiera.
Desde la Fundación Pasqual Maragall explican que «es importante hacer testamento antes de que sobrevenga cualquier enfermedad o accidente. Si no existe, la ley decidirá por nosotros sobre el destino de nuestros bienes. El testamento siempre es revocable por el otorgante y solo se activa en el momento en que se produce la muerte del firmante».
Por otra parte, es importante resaltar que el coste de realizar un testamento oscila entre 40 y 70 euros, dependiendo del contenido y la complejidad del mismo. Sin embargo, se trata de un precio considerablemente inferior a los gastos que deberían hacer frente los potenciales herederos en caso de que una persona fallezca sin testamento.
El modelo más apropiado
La opción más recomendable es la del testamento abierto, que se lleva a cabo con la supervisión de un notario. El notario debe velar porque el documento se redacte de forma correcta y según la legislación vigente. Además, tendrá la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las últimas voluntades del testador.
A pesar de que se denomina testamento abierto, el contenido del documento es secreto para todo el mundo, a excepción del testador. Nadie puede acceder al contenido hasta que se produzca el fallecimiento del testador, salvo que éste lo permita previamente.
Un testamento se divide en tres partes, de forma específica. El primer tercio se denomina legítima y se divide entre todos los herederos forzosos que corresponda de manera equivalente. Por su parte, el segundo tercio se denomina tercio de mejora, y en este caso también se divide a partes iguales entre los herederos forzosos, aunque el testador puede beneficiar a unos respecto a otros.
Por último, está el tercio de libre disposición. En este tercio, el testador tiene la posibilidad de nombrar como heredero a la persona que desee, sin tener que tratarse de un heredero forzoso de forma obligada.