Las mascarillas han pasado a formar parte de nuestra vida de manera masiva. Para utilizarlas adecuadamente y con una efectividad real, es necesario saber qué cantidad de tiempo son usables y cuándo es el momento de desecharlas. Este tiempo va a depender del tipo de mascarillas que estemos usando. Las mascarillas FFP2 tienen una vida útil de 8 horas, y las quirúrgicas bajan ese tiempo hasta solo 4 horas. De hecho, los expertos aconsejan no llegar al límite.
De esta manera, y por su corta vida útil, al mes se calcula que se desechan más de 130 millones de mascarillas en todo el mundo. Algo que preocupa a las empresas medioambientales y farmacéuticas, que luchan cada día por concienciar a la población de la importancia de desecharlas correctamente.
Y es que un simple gesto puede ser vital para preservar la vida de millones de especies animales que habitan tanto en tierra, en mar como en aire. Y que han visto como su calidad de vida se ha visto disminuida por la llegada a su ecosistema de millones de mascarillas que atentan contra su vida y su libertad.
Cortar las gomillas antes de tirarlas, un simple gesto que salva vidas
Grupo Hefame, a través de su Fundación y de su marca de farmacia, Interapothek, ha lanzado la campaña ‘Corta y Protege’ para mostrar a la población cómo desechar las mascarillas de forma adecuada, una vez utilizadas.
A través de imágenes de gran impacto, la campaña muestra los efectos que puede causar en el entorno una práctica incorrecta en este sentido. Y cómo un simple gesto antes de desprenderse de ellas puede evitarlos.
A través de carteles y vídeos explicativos en redes sociales y difundidos a través de sus canales internos y externos de comunicación, la cooperativa indica cómo cortar las tiras de las mascarillas antes de depositarlas en el contenedor de basura general. A la vez que ofrece fotografías de fondos marinos contaminados, entornos naturales deteriorados y animales en peligro. Todo ello a causa de la actitud despreocupada de una parte de la población en el tratamiento de los residuos.
Con esta iniciativa, Hefame responde a una necesidad social, consecuencia del incremento del número de mascarillas en circulación en todo el mundo. Este impacto ha sido cifrado por Greenpeace en más de 660 millones desde que comenzó la pandemia. Lo que está suponiendo ya un nuevo foco de contaminación que debe ser controlado para evitar daños irreversibles en el ecosistema.
Protectoras y asociaciones animalistas luchan cada día por parar esta nueva mala praxis
Asociaciones y protectoras de animales son testigos cada día de los riesgos que suponen las mascarillas, y en particular sus gomas de sujeción. Estas pueden causar daños irreversibles en los animales que viven en libertad. Ya que pueden enredarse en las patas y picos de las aves, o en las cabezas y patas de las tortugas. Haciendo muy difícil que se puedan liberar por sí mismas y poniendo en peligro su supervivencia.
Hefame se une, mediante este proyecto, a las iniciativas y llamamientos de organizaciones sociales y ONG para concienciar a la población sobre la necesidad de adquirir buenos hábitos como forma de proteger el ecosistema. Y refuerza, con ello, el compromiso medioambiental y social de la Cooperativa, recogido en su estrategia de responsabilidad social.
La iniciativa incluye imágenes que ilustran cómo un simple corte en cada una de las tiras de ajuste, antes de depositarlas en el contenedor de basura general, puede evitar efectos indeseados en el ecosistema. Un sencillo y rápido gesto que cada uno puede realizar en su día a día, y que puede hacer que ayudemos a preservar la vida de los animales que también forman parte fundamental de nuestro planeta.