Contraindicaciones de perder peso en poco tiempo

Las dietas que ayudan a perder peso en un periodo de tiempo muy corto conllevan algunos problemas considerables para la salud

Perder peso

Nos acercamos al verano y cómo es propio de estas fechas, muchas personas intentan perder peso de forma rápida o acuden directamente a las llamadas ‘dietas milagros’. Sin embargo, hay que tener en cuenta que variar de peso de manera rápida puede integran diferentes peligros para la salud.

Con los últimos años ha aumentado la tendencia entre la población a cuidar su físico. Una gran noticia, pues tener un peso ideal de acuerdo a la complexión física de una persona suele ser sinónimo de salud. Aunque no siempre es así.

El problema es que la mayoría de personas que deciden perder peso lo hacen por estética y por subir un poco el autoestima. Y ojo, porque eso no está nada mal. Sin embargo, es conveniente que la población sea cada vez más consciente de la importancia de llevar una dieta saludable como beneficio primario para su salud y para evitar diferentes enfermedades.

Perder peso rápidamente entraña muchos peligros

Muchas personas han realizado la llamada ‘operación bikini’ de cara al verano y otras muchas incluso se encuentran inmersas en tal actividad. Cabe destacar que hay un gran número de personas que comienza a cuidarse tras las navidades y pierde peso de forma progresiva, sin prisas.

Perder peso
Persona perder peso

No obstante, la gran mayoría opta por dietas rápidas que ayuden a perder peso lo antes posibles. Y es que llevar una dieta durante un largo periodo acompañado de ejercicio físico puede hacerse muy pesado.

Hay que tener en cuenta que las dietas ‘milagros’ existen de verdad. Es decir, existe la posibilidad de perder entre 5 y 8 kilos en dos semanas. Sin embargo, muchas de estas dietas son poco equilibradas y muy restrictivas.

El problema principal radica en que no sabes diferenciar entre peso y grasa, dos términos que parecen similares, pero que guardan grandes diferencias. Esto quiere decir que las dietas con aporte calórico bajo nos ayudan a perder peso, pero no la grasa; que es realmente de lo que deberíamos deshacernos para cuidar la línea.

Una de las claves es conocer los principales componentes de la masa corporal. Entre ellos destaca el músculo, grasa, agua y la masa ósea.

Pues bien, cuando una persona comienza a perder peso, el organismo que es inteligente utiliza las reservas de grasa almacenadas en los músculos. Es decir, al perder peso rápidamente se suele reducir la masa muscular, el contenido intestinal y el agua. La grasa es lo más difícil de perder en una dieta.

Cuidado con las ‘recaídas’

¿Cuántas veces hemos oído hablar del efecto rebote tras hacer una dieta? Las pérdidas de peso repentinas suelen ir de la mano de una recuperación de varios kilos en apenas unos días. En palabras un poco más técnicas dentro del mundo de la nutrición, a este fenómeno se le conoce como reganancia.

Además, dependiendo de las características de la personas, en la reganancia también influyen otros aspectos relacionados con el sistema digestivo, adiposo, nervioso, adictivo o endocrino – metabólico.

El gran problema de la ‘recaída’ es que se produce un aumento de la grasa por encima de los valores del músculo. Es decir, al perder peso rápidamente también perdemos una importante masa muscular y cuando se produce la reganancia se gana en grasa, sin reponer aquella masa muscular pérdida.

Todo ello se ve reflejado en un peor estado funcional y de salud. Además, conlleva un mayor riesgo de enfermedades metabólicas y de carácter cardiovascular.

En este sentido, se calcula que en una dieta con horizonte a medio plazo se puede perder 1 kilo de músculo por la pérdida de 3-4 kilos de grasa. Si bien, esto es algo que se puede remediar.

Nuestro principal aliado para prevenir la pérdida exagerada de masa muscular es compaginar la dieta con la realización de ejercicio físico; ya que es una manera idónea de preservar la funcionalidad muscular.

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