Al obtener una tarjeta de crédito en una entidad bancaria es necesario tener en cuenta determinados aspectos claves. Uno de los más importantes es conocer el límite de gasto que la entidad bancaria establece para dicha tarjeta, en función de determinados factores, como los ingresos del usuario, gastos fijos o incluso historial de deudas.
Concretamente, las tarjetas de crédito son tarjetas bancarias de pago que ofrecen un servicio adicional al usuario. Una de las ventajas de este tipo de tarjetas es que la entidad bancaria permite al usuario pagar con ella y también le concede una cuantía de dinero por adelantado. Es decir, un crédito.
A continuación, exponemos algunas de las características más destacadas de una tarjeta de crédito y su utilidad, tal y como informan los profesionales de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU):
- El usuario debe tener en cuenta que cada vez que se realiza una operación con la tarjeta de crédito, se anota en una cuenta de crédito independiente a la cuenta corriente.
- Todos los clientes disponen de una cuantía límite, que pueden utilizar cuando quieran.
Por otra parte, el usuario titular de la tarjeta de crédito tiene la posibilidad de elegir entre devolver los importes pagados de golpe o sin intereses a final de mes. También puede hacerlo en cuotas mensuales con sus intereses correspondientes.
Límite de una tarjeta de crédito
El límite de una tarjeta de crédito no es estándar. Es decir, cada entidad bancaria establece el límite de la tarjeta de crédito para cada cliente, en función de la solvencia de cada uno de ellas. Las tarjetas bancarias con límites bajos cuentan con unos 500 euros mensuales. Sin embargo, existen algunos casos en el que los límites alcanzan los 6.000 euros al mes.
El funcionamiento de una tarjeta de crédito es realmente práctico. Cada vez que un usuario realiza un pago con una tarjeta de crédito se anota en su cuenta bancaria. Así, los pagos se van sumando de forma progresiva hasta llegar al límite de crédito. A partir de alcanzar el límite correspondiente, el usuario ya no podrá realizar más pagos con dicha tarjeta.
Así, una vez que se llega a la fecha de pago, el usuario debe devolver a la entidad bancaria el crédito utilizado y disponer nuevamente de él. Son muchas las personas en España que cuentan con una tarjeta de crédito contratada.
Por otra parte, desde la OCU manifiestan que «si usas la modalidad de pago aplazado, cuando llegue la fecha de pago, cargarán en tu banco la cuota mensual que hayas elegido. Una parte de la cuota se destinará al pago de los intereses y otra a la devolución de parte del crédito empleado. El resto del crédito quedará pendiente».
Cómo modificar el límite
Hay que tener en cuenta que el usuario puede modificar, en acuerdo con la entidad bancaria, el límite de la tarjeta de crédito. Este límite se puede cambiar tanto a la alza como a la baja. Además, la propia entidad bancaria tiene potestad para modificar dicho límite, en caso de que se hayan producido variaciones en la solvencia del titular.
A la hora de bajar el límite de la tarjeta de crédito no suele haber ningún tipo de inconveniente. Sin embargo, si el usuario desea subir ese límite, la entidad bancaria debe analizar la situación para determinar si accede o no a la petición del cliente.