Conseguir un buen aislamiento en tu hogar, es fundamental para mantener una temperatura óptima en su interior. Y es que en ocasiones, nos afanamos en comprar y utilizar los más eficientes y caros dispositivos del mercado para que al final, no se le saque un buen rendimiento. Esto nos acaba frustrando porque tras el desembolso de dinero, vemos que nuestra casa sigue notando las inclemencias del tiempo y sobre todo, no conseguimos estar a buena temperatura.
No obstante, es fundamental a la hora de comprar un dispositivo tanto para frío como para calor, ceñirse a unas circunstancias que son muy personales. Pues dejarse guiar por lo que funciona a otros, por publicidad o querer tener el aparato con más potencia, a menudo es un error de base. Así pues, es fundamental que identifiques cuáles son las necesidades reales en cuanto a tus circunstancias y adaptar así, la compra que vayas a realizar.
De este modo, lo primero que tienes que ver es el tipo de casa que tienes: adosado, unifamiliar, piso, etc. El lugar también es importante, pues no tiene las mismas necesidades una persona de Sevilla que una de Vigo. Además, si da el sol habitualmente o si es más bien sombría, también son factores a tener en cuenta. En definitiva, clasificar las condiciones en las que se encuentra nuestro hogar, nos va a ayudar mucho en determinar qué necesitamos para mantener una buena temperatura.
Finalmente, hay un factor que pocas veces se tienen en cuenta y que sin embargo, es casi primordial para conseguir un hogar acogedor en el que vivir. Se trata del aislamiento con el que cuente nuestra casa. Y es que por mucho que coloquemos sistemas de frío o calor, si no contamos con un buen aislamiento, vamos a dejar escapar mucha energía, con lo cual, además de perder efectividad, vamos a perder dinero.
En qué consiste un buen aislamiento de ventanas para que no entre el frío
Ahora que pasamos por pleno invierno, comprobar el aislamiento de nuestra casa puede hacer que alcancemos un mejor confort e incluso ahorremos dinero. Y es que en muchas ocasiones, el problema no es tanto la falta de fuerza de los dispositivos sino que las ventanas dejan escapar el calor y es imposible calentar la vivienda. Por este motivo, lo primero que debes hacer es comprobar cómo de aisladas están tus ventanas. Pero, ¿Qué podemos hacer para mejorar este aislamiento?
Para empezar, una vez detectadas las posibles fugas de energía, estas hay que taparlas. En el caso de las ventanas, pueden ser marcos que no encajen bien, pequeñas grietas que hayan quedado o simplemente que el material deje escapar el calor. Una solución muy eficaz, es utilizar una silicona neutra y sellar todos los posibles escapes que la ventana pueda tener. Se trata de completar de una forma casi invisible el aislamiento de la misma pieza.
Invertir en ventanas antes que es dispositivos de calor
Para conseguir un buen aislamiento, es fundamental invertir en unas buenas ventanas. Pues aunque puedan resultar más costosas, solo por la energía que te van a hacer ahorrar, ya merece la pena la inversión. Pues a la larga, será más lo que ahorres que lo que hayas invertido. En este sentido, poner unas ventanas de cristal doble, puede ser una gran idea.
Finalmente, si de momento no quieres cambiar las ventanas, otra opción económica de transición puede ser colocar cortinas con forro térmico. Estas sueles ser unas costinas de más grosos para favorecer el aislamiento que se colocan en la zona más pegada a la ventana. De este modo, servirá de parapeto al escape de calor y la entrada de frío.