Las pensiones no contributivas son prestaciones que pueden recibir aquellas personas que no han cotizado lo suficiente a la Seguridad Social durante su vida laboral. Forma parte de la estructura de protección económica al ciudadano, con el objetivo de garantizar unos ingresos mínimos.
Al no cumplir con los requisitos de cotización, no es posible acceder a una pensión contributiva de la Seguridad Social. No obstante, si que es posible acceder a una prestación no contributiva.
Entre las pensiones no contributivas se encuentra la modalidad de invalidez y de jubilación. Si bien, existen importantes diferencias con las prestaciones de carácter contributivo; como por ejemplo, la cuantía, que suele ser inferior.
Invalidez y jubilación
La pensión no contributiva de invalidez tiene el objetivo de garantizar a todos los ciudadanos en situación de invalidez un mínimo de ingresos económicos para poder subsistir. Además, esta prestación no contributiva también incorpora asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios.
Esto es así aunque la persona beneficiaria no haya cotizado a la Seguridad Social o lo haya hecho de manera insuficiente para obtener una pensión contributiva.
Por otro lado tenemos la pensión no contributiva de jubilación. En este caso, esta prestación también asegura una prestación económica, asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios a todos los ciudadanos en situación de jubilación.
Uno de los requisitos claves para acceder a una prestación no contributiva es acreditar carencia de rentas. En cómputo anual deben ser inferiores a unos 5.538 euros.
Sin embargo, en caso de ser inferiores a la fecha indicada y se convive con familiares, solamente se cumple el requisito sumando la renta e ingresos anuales de todos los miembros de la Unidad Económica de Convivencia; que también deberán ser inferiores a las cuantías marcadas por el sistema.
Compatibilidad con otras pensiones
Las pensiones no contributivas con incompatibles con las pensiones contributivas. Es decir, si una persona puede acceder a una prestación no contributiva es por que no cumple los requisitos especificados para acceder a las prestaciones contributivas.
En otro orden, la pensión no contributiva de invalidez también es incompatible con la pensión no contributiva de jubilación, pensiones asistenciales y los subsidios de garantía de ingresos mínimos; así como con la condición de causante de la Asignación Familiar por Hijo a Cargo con Discapacidad.
Además, las personas que antes de iniciar una actividad laboral estuviera percibiendo la pensión no contributiva de invalidez, si que podrán compatibilidad ambos ingresos durante los cuatro años siguientes a comenzar tal actividad laboral. Eso sí, siempre que el cómputo global de ingresos anuales no supere los 11.992,43 euros.
¿Es compatible con el trabajo?
En cuanto a la pensión no contributiva de invalidez, «no impide el ejercicio de aquellas actividades laborales, sean o no lucrativas, compatibles con la discapacidad del pensionista y que no representen un cambio en su capacidad real para el trabajo», explican desde el Instituto BBVA.
Si bien, desde la Seguridad Social dejan claro que en el caso de compatibilidad de pensión no contributiva de invalidez y trabajo, siempre se aplicará el límite de rentas. Es decir, la actividad laboral no podrá ser superior al límite de ingresos y la cuantía de la pensión no contributiva.