La Ley de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de Dependencia es un derecho que se aplica en España. Todos los ciudadanos pueden optar a él. En este caso, como afirma el Gobierno, muchas personas mayores o con discapacidad no pueden valerse por sí mismas. Por este motivo cobra vital importancia la Ley de Dependencia, para que estás personas puedan ser atendidas.
Por ello, la Ley de Dependencia es un servicio y prestación que garantiza el derecho de los ciudadanos a la promoción de la autonomía personal y a la atención a las personas en situación de dependencia. Las administraciones públicas tienen el deber y la obligación de garantizar el acceso a los servicios públicos y a las prestaciones económicas a estas personas para que puedan cubrir sus necesidades.
¿Dónde tengo que solicitar la Ley de Dependencia?
Las prestaciones de atención a la dependencia y servicios completados por la Ley de Dependencia se tienen que solicitar en las respectivitas Comunidad Autónomas, ya que estas competencias se incluyen dentro de su ámbito de competencias.
Además, está ayuda a la dependencia pueden solicitarse acudiendo a los servicios sociales municipales o los centros de atención primaría. Allí, será un trabajador o trabajadora social la que se encargué de valorar la situación y ofrecer orientación al paciente sobre los trámites pertinentes que debe de realizar.
Requisitos para optar a Ley de Dependencia
Según fuentes oficiales, para poder optar a la Ley de Dependencia debes de cumplir dos requisitos. Por un lado, que la persona solicitante se encuentre en una situación de dependencia estable. Es decir, que sea reversible o no pueda cambiar a su estado anterior. Por otro lado, el otro condicionantes es que hay que residir en la comunidad autónoma en la que se solicita la ayuda; además de haber residido durante cinco años -los dos últimos consecutivos- en territorio español.
¿Quién puede solicitar la ayuda?
La solicitud para que un paciente puede optar a la ayuda a la Dependencia puede hacerla alguna persona mayor, con discapacidad o con alguna enfermedad, así como un familiar, representante legal o la propia administración pública.
Para poder optar a estas ayudas, el interesado o la persona que se encargue de realizar la solicitud deberá presentar el formulario relleno, adjuntando los datos personales y administrativos del paciente, así como un informe médico específico.
¿Cuáles son las ayudas?
Una vez que se conozca el grado de Dependencia que tiene el paciente, los servicios sociales públicos se encargarán de realizar un programa de atención personalizado. Los trabajadores de dicho servicio, o de los centros residenciales, elaborarán es guía de manera conjunta con la persona dependiente o sus representante.
Para ello, se tendrá en cuenta la prestación de determinados servicios y/o prestaciones económicas a favor del paciente; valorando las necesidades de la persona, el entorno familiar y social, así como la disponibilidad de los servicios.
Las prestaciones en materia de dependencia que se ofrecen a día de hoy son teleasistencia; servicio de prevención de dependencia y promoción de la autonomía; formación y acompañamiento a las personas cuidadoras; centros de día; atención social domiciliaria y servicios residenciales.
Si atendemos al apartado de las posibles prestaciones económicas, encontramos la prestación de asistente personal; prestación al cuidador no profesional y prestación vinculada a un servicio (atención domiciliaria, centros de día o residencia). A la hora de determinar las prestaciones, se tendrá en cuenta la capacidad económica de la persona dependiente, ya que cada persona es un caso totalmente diferente.
¿Quién determina el grado de dependencia?
De la tarea de determinar el grado de dependencia se encarga la Administración Pública. Concretamente, el equipo del Servicio de Valoración de la Dependencia, que será el que visite el domicilio habitual de la persona que solicita la ayuda o prestación.
A la hora de tomar la decisión final, la persona encargada tendrá en cuenta toda la información obtenida: informes de salud aportados; entrevista realizada en el domicilio; observación y comprobación directa; y los resultados obtenidos en el Baremo de Valoración de la Dependencia.
Grados de dependencia
Actualmente existen tres grados de dependencia, que vamos a detallar a continuación:
- Grado I: En este caso, el paciente necesita ayuda para distintas actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día, o necesita ayuda de manera intermitente. Se le conoce como dependencia moderada.
- Grado II: Es la persona dependencia severa. El paciente necesita ayuda para diferentes actividades básicas de la vida diaria, dos o tres veces al día. A diferencia del Grado III, la persona no requiere la presencia permanente de una persona cuidadora.
- Grado III: Conocida como la gran dependencia. La persona afectada necesita ayuda para las distintas actividades varias veces al día. Por ello, la presencia de otra persona para ayudar al paciente es indispensable.
Como es obvio, el grado de dependencia del paciente puede ser revisado, teniendo en cuenta si se produce algún cambio en la situación o si aparece una nueva patología.