La pensión de jubilación es uno de los grandes quebraderos de cabeza de los trabajadores, que ya hacen cábalas para calcular la cuantía que les pertenecerá y el tiempo que les queda para optar a la retirada de la actividad laboral. Este pensamiento ya ronda notablemente por la llamada generación del ‘baby boom’ en España, es decir, aquellas personas que nacieron entre los años 1958 y 1977, algo más tarde que en el resto de Europa.
En este sentido, la jubilación de los boomers supone todo un desafío para el sistema de las pensiones, ya que aumentará notablemente el gasto en estas prestaciones debido a que no sólo hay más personas jubilándose, sino que las nuevas pensiones son, de media, más altas que las que reciben aquellos que fallecen. Por tanto, debido a la longeva esperanza de vida en España y a la -de momento- baja tasa de natalidad, las instituciones premian a quienes retrasan su jubilación hasta el máximo permitido.
Retraso en la edad de jubilación
En este sentido, una de las principales medidas adoptadas para mitigar el impacto financiero del retiro masivo de los baby boomers es el retraso progresivo de la edad de jubilación. De hecho, los requisitos para la retirada de la actividad laboral se han endurecido en los últimos tiempos y de, acuerdo con la reforma de las pensiones, la edad de jubilación incrementa cada año en España, y así lo seguirá haciendo hasta 2027, cuando alcance el máximo histórico al situarse en 67 años.
Además, a partir de 2027, quienes no hayan cotizado al menos 38 años y 6 meses deberán esperar hasta los 67 años para retirarse. Será en ese momento cuando, tras cumplir la edad ordinaria de jubilación y los requisitos de cotización en régimen de Seguridad Social, las personas demandantes podrán solicitar la pensión de jubilación, cuya cuantía se valora en función de la base reguladora de cada trabajador.
De esta forma, en los años venideros, es probable que se anuncien nuevas reformas del sistema de pensiones. Además del retraso de la edad de jubilación, podría haber ajustes en la cantidad de la pensión o en otros aspectos del gasto público para mantener el equilibrio fiscal. A medida que la esperanza de vida aumenta y la tasa de natalidad se mantiene baja, el reto de financiar las pensiones para las generaciones futuras será cada vez mayor.
Medidas para aliviar el sistema de pensiones
El retraso en la edad de jubilación es una de las medidas más evidentes para aliviar las tensiones financieras del sistema de pensiones. Pero no es la única. Los expertos coinciden en que esta acción, por sí sola, puede no ser suficiente. La Comisión Europea ha emitido varias recomendaciones para mitigar el impacto de la jubilación masiva de los baby boomers, muchas de ellas centradas en aumentar la participación de la fuerza laboral.
Por ello, se han establecido una serie de medidas que pretenden aliviar el sistema de pensiones, así como el impacto directo en las cuentas públicas. Entre ellas, se encuentran la siguientes:
- Aumentar la participación de la fuerza laboral: Se busca incorporar más mujeres, jóvenes, ancianos, personas desfavorecidas e inmigrantes al mercado de trabajo. Para lograrlo, se recomienda mejorar el acceso a servicios de guardería, aumentar los niveles de cualificación y facilitar el acceso a la formación.
- Mejorar la productividad: Promover la innovación, la digitalización y mejorar el entorno empresarial son herramientas esenciales para mantener un crecimiento económico que pueda soportar el aumento del gasto en pensiones.
- Limitar la jubilación anticipada: Se recomienda reducir las salidas tempranas del mercado laboral y aumentar la tasa de empleo de los trabajadores de mayor edad. Además, se plantea la posibilidad de vincular la edad de jubilación a la esperanza de vida.