Cuando hablamos de facturas no pagadas, solemos ponernos en la posición del empresario que sufre el impago por parte de un cliente. Por desgracia, este hecho es más habitual de lo que nos gustaría. De hecho, es un acto que puede afectar de tal manera a una empresa, que la lleve a la quiebra. Por ello, es de los mayores temores de las personas que deciden emprender, sobre todo, en el caso de las pequeñas y medianas empresas (PYMES) que tienen menos recursos para afrontar estos hechos.
Sin embargo, hoy vamos a hablar de otro tipo de impago. En este caso, vamos a situarnos en la posición de la persona que no paga. Porque en ocasiones, también hay motivos para llevar a cabo este hecho. Es muy común que las facturas que pagamos de manera rutinaria, ya sean mensuales, trimestrales o anuales, las tengamos domiciliadas en el banco. Esto significa que la entidad bancaria tiene permiso para solventar ese pago cuando llega el recibo.
Pero, ¿Qué pasa cuándo detectamos que se nos está cobrando más de lo que corresponde? En ocasiones, recibimos facturas de luz, agua, móvil o cualquier otro servicio que tengamos domiciliado, que suben exponencialmente sin que hayamos tenido constancia de que esto iba a ocurrir. Por este motivo, es importante saber cómo se dar una orden por impago.
Pasos para dar una orden por imago
Dar una orden por impago significa transmitirle a la entidad bancaria nuestro deseo de que ya no se realice más un pago que teníamos establecido. Pero cuidado. Es importante saber cómo hacerlo. De lo contrario, podemos encontrarnos con sorpresas desagradables como que la compañía nos corte de repente el servicio que nos estaba dando o que el banco nos cargue comisiones. Así que toma nota, porque estos son los pasos para dar una orden por impago:
Avisar al banco
Para no pagar un recibo, solo tenemos que ponerlo en conocimiento de la entidad bancaria. La mayoría de las veces no piden que justifiques este hecho ni hacen comprobaciones. No obstante, es mejor si lo haces en tu sucursal habitual donde tengas una cierta antigüedad. Lo que sí es recomendable para no tener problemas, es que se haga el aviso en el mismo mes en el que recibamos la factura.
Solo es el caso de que el recibo en cuestión sea consecuencia de un contrato con el propio banco, como puede ser una hipoteca, no será posible devolverlo al menos que se demuestre que ha sido un error de la propia entidad.
Tramitar una doble reclamación
Para evitar problemas, es recomendable tramitar una doble reclamación: Una en la oficina de atención al cliente del proveedor y otra en la oficina del consumidor. ¿Por qué? Pues porque según recoge el artículo 57 bis del Decreto 13/2012, el proveedor no puede cortar el servicio al cliente cuando una reclamación está pendiente de resolución. Además, este mismo Decreto expone literalmente que uno de los derechos del cliente, es que en su contrato se especifiquen «los acuerdos de compensación y reembolso aplicables si no se cumplen los niveles de calidad contratados, incluida la facturación incorrecta y retrasada».