La pensión de incapacidad permanente tiene diferentes grados, según incapacitación laboral que se reconozca al trabajador. Así, los diferentes tipos de incapacidad permanente contemplados en España se diferencian por el grado de incapacidad laboral, cuantía de la pensión a recibir o incluso requisitos de acceso.
En este sentido, encontramos la incapacidad permanente parcial, total, absoluta y gran invalidez. En el caso de la incapacidad permanente total, se inhabilita al trabajador para desarrollar su profesión habitual, aunque la pensión puede compatibilizarse con otras actividades laborales que no entren en conflicto con el grado de incapacidad reconocido por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).
Otra característica distintiva de la incapacidad total es que la cuantía de pensión a recibir es equivalente al 55% de la base reguladora. Si la persona beneficiaria tiene 55 años o más, y se encuentra en paro, la cuantía de pensión puede alcanzar el 75% de la base reguladora. Esta otra opción se denomina incapacidad permanente total cualificada.
La pensión de incapacidad permanente puede derivar de accidente de trabajo, accidente no laboral, enfermedad profesional o enfermedad común. En los casos de accidente de trabajo, accidente no laboral o enfermedad profesional, el INSS no exige ningún requisito previo de cotización para tener derecho a la incapacidad permanente total. Si deriva de enfermedad común, sí.
Es preciso recordar a los beneficiarios de una pensión de incapacidad permanente total que en 2023 aumentará la cuantía de este tipo de pensiones. En concreto, el Gobierno de España ha aprobado una nueva revalorización de las pensiones contributivas en función del IPC del año anterior. Así, la pensión de incapacidad total subirá un 8,5% con respecto a las cuantías de 2022.
Base reguladora para la incapacidad permanente total
El cálculo de la cuantía de la pensión de incapacidad permanente depende del grado de incapacidad reconocido. Igualmente, también está determinada por el hecho causante. Así, para conocer la cuantía de una pensión de incapacidad permanente, será necesario calcular primeramente la base reguladora.
En caso de enfermedad común, para trabajadores con una edad entre 52 años y 65 años, se divide entre 112 las bases de cotización de los 96 años anteriores al mes previo de la incapacidad total. Para beneficiarios menores de 52 años, se debe dividir la suma de las mismas bases mensuales de cotización entre el número de meses; y después multiplica el resultado por 1,1666.
Si la incapacidad permanente total deriva de accidente no laboral, los expertos de ‘CampmanyAbogados‘ argumentan que «se divide entre 28 la suma de las bases de cotización de un período ininterrumpido de 24 meses, elegido dentro de los siete años inmediatamente anteriores a la fecha del hecho causante de la pensión».
Cuando la incapacidad permanente total deriva de accidente de trabajo o enfermedad profesional, el modo de calcular la base reguladora varía. En este supuesto, se divide entre 12 la suma del sueldo diario multiplicado por 365, importe anual de pagas extraordinarias y pluses. El resultado, se debe multiplicar por 273. Realmente, consiste en lo cotizado en los 12 meses previos al accidente de trabajo o enfermedad profesional.