Cuando una pareja trae al mundo a un bebédiagnosticado con parálisis cerebral, esta se suele sentir desbordada, debido a la incomprensión que genera el no saber en quéconsiste esta discapacidad y cómo va a cambiar la vida de su bebéy de sus familiares.
Un bebé con discapacidad exige mayor disponibilidad y esfuerzo familiar, e incluso transforma el ciclo vital de esta.
Por ello, desde la Confederación ASPACE han creado una lista de sentimientos que genera conocer esta noticia:
- Miedo: En relación a cómo será vuestro hijo o hija en el futuro, sobre cómo plantear la situación a familiares y amigos, o el propio futuro de la familia. Es algo normal, según vayáis aprendiendo sobre vuestro hijo o hija, sabréis ayudarle y los temores irán disminuyendo.
- Enfado y frustración: es lógico que aparezca este tipo de sentimientos hacia vosotros mismos, vuestra pareja, el personal médico o incluso hacia vuestros hijos o hijas. Pero no hay que quedarse en ello, es importante hablarlo con personas cercanas, o profesionales que trabajen con vosotros y vuestro hijo o hija.
- Soledad: en algunos casos podéis sentiros aislados por tener un pequeño con esta discapacidad, es bueno hablar con otros padres y madres en vuestra misma situación, que os van a poder ayudar. También es importante salir de vez en cuando con amigos y familia para normalizar la participación de las personas importantes en vuestra vida, en la vida de vuestro hijo o hija.
- Culpabilidad: algunas familias se sienten culpables y piensan que han podido provocar esta situación por hacer algo que no debían durante el embarazo. Si tienes esa sensación, es importante hablar con un profesional y tratarlo.
- Agotamiento: El cuidar a un niño o niña con parálisis cerebral en los primeros años es grande, y podéis sentiros extenuados. Recurrid también a familias y amigos para descansar y poder desconectar.
“Todos estos sentimientos son naturales y la mayor parte de las familias los van superando a medida que van conociendo más y conviviendo con sus hijos o hijas” afirman.
Por último, añaden que “algunas familias prefieren estar solas durante una temporada, con su pareja o con sus amigos íntimos; otras optan por contar con apoyos y hablar con alguien que no sea de su familia, como un trabajador social, un terapeuta, o con otras familias que estén o hayan pasado por su misma situación”.