Cómo afecta el ácido úrico a la obtención de una incapacidad permanente

Los niveles elevados de ácido úrico pueden provocar la aparición de diferentes patologías, como la gota o enfermedades renales

Incapacidad permanente y ácido úrico elevado./ Licencia Adobe Stock

Una pensión de incapacidad permanente puede derivar de cualquier lesión o enfermedad, siempre que ocasionen una reducción o anulación en la capacidad laboral del trabajador. En este caso, vamos a analizar los efectos del ácido úrico elevado en las posibilidades de obtener el reconocimiento de una pensión de incapacidad.

Desde ‘Sanitas’ explican que «el ácido úrico es un compuesto que se genera en el organismo como consecuencia de la descomposición de unas sustancias conocidas como purinas y que están presentes en algunos alimentos y bebidas».

Habitualmente, el organismo elimina el 80% de la purina que se produce. Sin embargo, cuando se produce una descompensación en este proceso de eliminación, es probable que aumenten los niveles de ácido úrico.

Incapacidad permanente y ácido úrico

Tener los niveles elevados de ácido úrico, por sí mismo, no da derecho al reconocimiento de una pensión de incapacidad permanente. Sin embargo, contar con ácido úrico alto (hiperuricemia) puede generar el desarrollo de diferentes enfermedades.

Incapacidad permanente y ácido úrico elevado
Incapacidad permanente y ácido úrico elevado./ Licencia Adobe Stock

Así, estas enfermedades ocasionadas por la hiperuricemia pueden afectar a la capacidad laboral de la persona. En este sentido, sería posible obtener el reconocimiento de una pensión de incapacidad permanente por parte del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).

La principal enfermedad que puede aparecer por tener niveles elevados de ácido úrico, es la gota. Además, también pueden producirse enfermedades renales de diferente tipo.

Si la gota o una determinada enfermedad renal influyen en la capacidad laboral del trabajador, es posible conseguir el reconocimiento de una pensión de incapacidad permanente. Para ello, es necesario acreditar que los síntomas o secuelas de la enfermedad le impiden al trabajador desarrollar el trabajo.

Una incapacidad permanente puede ser para la profesión habitual o para todo tipo de trabajo. Así, la misión de la pensión de incapacidad es paliar la pérdida de ingresos que sufre un trabajador a causa de una lesión o enfermedad, que reduce o anula su capacidad laboral.

Características de la gota

Hay que tener en cuenta que no existe un listado predeterminado de enfermedades que dan derecho a cobrar una pensión de incapacidad permanente. El INSS debe analizar cada caso particular para determinar si una determinada patología es susceptible del reconocimiento de una pensión de estas características.

En casos graves, la gota, causada por niveles elevados de ácido úrico, puede derivar en el reconocimiento de una pensión de incapacidad permanente. Eso sí, siempre que impida al trabajador desarrollar su profesión habitual o cualquier trabajo con normalidad.

Con todo ello, los expertos de ‘Mayo Clinic’ argumentan que «la gota es una forma común y compleja de artritis que puede afectar a cualquier persona. Se caracteriza por ataques repentinos y graves de dolor, hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad en una o más articulaciones, a menudo en el dedo gordo del pie».

Es importante tratar la gota para que las consecuencias de la enfermedad no vayan más allá. Si no se trata adecuadamente, es posible que los cristales de uratos puedan acumularse en las vías urinarias de las personas con gota y ocasionar cálculos renales.

Como conclusión, podemos aclarar que los niveles de ácido úrico no son causa para el reconocimiento de una incapacidad permanente. Sin embargo, existen algunas enfermedades que pueden aparecer por la hiperuricemia y sí podrían generar el derecho a cobrar una determinada pensión de incapacidad.

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