Un grupo de investigadores afirma que añadir pequeñas cantidades de ejercicio a la rutina diaria puede ayudar de forma considerable a reducir la presión sanguínea en el organismo de las personas. Según este trabajo de investigación, esta actividad puede resultar más efectiva que otros tratamientos, como el consumo de pastillas.
La hipertensión arterial se conoce como la subida de la presión sanguínea por encima de los valores establecidos por consenso. La hipertensión puede tener importantes consecuencias para la salud de las personas, por lo que es conveniente realizar ciertas acciones que permitan tener unos valores normales habitualmente.
Actividad para reducir la presión sanguínea
En concreto, hablamos de un trabajo de investigación desarrollado por profesionales de la University College de Londres y la Universidad de Sydney (Australia). Los resultados de dicho estudio han sido publicados por la revista ‘Circulation’ en enero de 2025.
Así, este trabajo de investigación analizó los datos de 14.761 personas para estudiar la relación entre el movimiento físico diario y la presión arterial. De este modo, los investigadores dividieron la actividad física diaria en los siguientes seis comportamientos:
- Dormir.
- Comportamiento sedentario, como estar sentado.
- Caminata lenta.
- Caminata rápida.
- Estar de pie.
- Ejercicio más vigoroso, como subir escaleras o montar en bicicleta
Después, los investigadores utilizaron todos los datos para analizar el efecto de reemplazar un tipo de actividad por otro. En este sentido, descubrieron que cambiar cualquier actividad menos activa por cinco minutos de ejercicio ayuda a reducir la presión sanguínea sistólica (PAS) en 0,68 milímetros de mercurio (mmHg) y la presión arterial diastólica (PAD) en 0,54 mmHg.
Así, la rebaja de 2 mmHg en la PAS y de 1 mmHG en la PAD provoca una reducción aproximada del 10% del riesgo de enfermedad cardiovascular. Supone un gran beneficio para la salud.
¿Cuánto deporte hay que hacer para reducir la presión arterial?
Teniendo en cuenta los resultados del estudio, la realización de 20 minutos de ejercicio adicionales al día podría ayudar a reducir la PAS y de 10 minutos adicionales para la PAD. En este caso, hablamos de mejoras «clínicamente significativas».
Dicho trabajo de investigación concluye que las actividades cotidianas como subir escaleras, andar en bicicleta o correr durante periodos cortos, podrían tener beneficios considerables para contar con una presión sanguínea saludable.
Al respecto, la doctora Jo Blodgett, primera autora de este trabajo de investigación, argumenta que «nuestros hallazgos sugieren que, para la mayoría de las personas, el ejercicio es clave para reducir la presión arterial, en lugar de formas de movimiento menos extenuantes como caminar. La buena noticia es que, independientemente de su capacidad física, no se necesita mucho tiempo para que se produzca un efecto positivo en la presión arterial».
Por norma general, una presión sanguínea óptima se sitúa con una presión sistólica <120 mmHg y una presión diastólica <80 mmHg. Cuando la presión sistólica se sitúa entre 140-159 mmHg y la presión diastólica entre 90-99 mmHg, ya se considera como hipertensión de grado 1.
Además, la doctora Jo Blodgett añade que «lo que hace única a nuestra variable de ejercicio es que incluye todas las actividades similares al ejercicio, desde subir escaleras hasta un pequeño recado en bicicleta, muchas de las cuales se pueden integrar en las rutinas diarias. Para quienes no hacen mucho ejercicio, caminar también tiene algunos beneficios positivos para la presión arterial. Pero si desea cambiar su presión arterial, exigir más al sistema cardiovascular a través del ejercicio tendrá el mayor efecto».